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La polémica sigue dominando la campaña con el último incidente de la suspensión del debate

Moreno acrecenta su ventaja electoral, según las últimas encuestas

Guillermo Lasso, candidato a la presidencia de Ecuador por Creo-SUMA

No obstante, la polémica sigue dominando la campaña con el último incidente de la suspensión del primer y único debate programado. Pese a que el candidato opositor Guillermo Lasso llego a liderar la mayoría de los sondeos después de la primera vuelta, las cuatro firmas encuestadoras más importantes de Ecuador le dan en estos momentos ventja al oficilista Lenín Moreno.

Por ejemplo, según la última encuesta de Cedatos, Moreno obtendría el 45,7% de los sufragios válidos, mientras que Lasso se quedaría con el 41,5% de los votos. Una señal que parece aventurar un cierto conenso en que el oficialista es claro favorito.

Sin embargo, ello no será suficiente para acabar con la polémica y a las acusaciones que desde la oposición vienen calentando el ambiente insinuando que un resultado adverso se explicaría por el fraude, un nuevo incidente marca la actualidad a falta de una semana para la segunda vuelta.

Se trata de la cancelación del primer y único debate programado para ayer después de que la Red de Maestros, afín al gobierno y organizadora del debate, agregase un requisito a ambos candidatos 48 horas antes del único encuentro que para más inri era el único en que había aceptado participar el candidato oficialista.

Se trataba de una declaración jurada de los dos candidatos en la que declarasen que no habían participado directa e indirectamente en hechos de corrupción y que no se habían beneficiado de manera particular por decisiones tomadas en el ejercicio de funciones úblicas o privadas referidas a: la salida de su patrimonio a paraísos fiscales, la crisis financiera de 1999 y los casos Odebrecht y Petroecuador, según recoge la web de CNN en español.

Una petición a la que, según el comunicado de Red de Maestros, Lasso no respondió. Nuevo motivo para la polémica ya que éste asegura ser víctima de una campaña sucia orquestada por Moreno. El opositor asegura así que si aceptó la condición pero que, a su vez, impuso las suyas: que Moreno declarase que no tiene contratos con el estado y que su fundación no recibe dinero de instituciones públicas.

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