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Boreal Project

Resulta refrescante tropezar de pronto con una banda cuyo viaje sonoro se sale de las rutas habituales, tan trilladas ya. Y eso acaba de sucederme con Boreal Project, un quinteto madrileño que, según su nota de prensa, fabrica una música que está “a medio camino entre el folk y el jazz. Resulta refrescante tropezar de pronto con una banda cuyo viaje sonoro se sale de las rutas habituales, tan trilladas ya. Y eso acaba de sucederme con Boreal Project, un quinteto madrileño que, según la descripción de su nota de prensa, fabrica una música que está “a medio camino entre el folk y el jazz”.

Su primer disco, titulado simplemente ‘Boreal’, acaba de llegar al mercado y contiene nueve temas propios más una versión muy particular de un tema de Goldfrapp, banda a la que consideran una influencia notable. Y ahora el grupo vela armas para presentarlo en la Sala Galileo a primeros de diciembre.

La voz cantante y el violín, corresponden a Lorea Aranzasti Pardo, al parecer una instrumentista especializada en el repertorio barroco, cabeza visible de un quinteto de músicos solventes e imaginativos que completan Mario Quiñones a la guitarra, Miguel Ángel López al piano, Gerardo Ramos al bajo y Miguel Benito ‘Pete’ a la batería.

Tras un par de escuchas del material que han puesto a disposición de la prensa, las sensaciones iniciales se confirman. En Boreal Project apuestan más por la lírica que por la épica. Y su música, a veces suave y aparentemente inofensiva en la superficie parece tener un doble fondo que esconde muchas tensiones latentes.

Hay momentos muy conseguidos, en mi opinión, donde se acercan, a cierta distancia todavía, al mundo onírico y experimental de los King Crimson iniciales. Pero sin las tormentas eléctricas ni el corazón psicodélico y atormentado que siempre hacían volar muy alto al bendito grupo de Robert Fripp.

A cambio, hay colores sonoros que evocan paisajes celtas y dibujos instrumentales cálidos y envolventes que también incitan al viaje psicotrópico. Y sin necesidad de chamanes ni sustancias estimulantes. Y también hay, sobre todo, mucha valentía y muy poco miedo al riesgo. Dos características que, lamentablemente, no abundan demasiado. ¿Verdad?

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