El organismo multilateral de desarrollo enfatiza que el país de Evo Morales habrá de jugar un papel «clave» en la integración regional del sector. El representante en Bolivia de la Corporacción Andina de Fomento (CAF), Emilio Uquillas, ha anunciado que, según estudios realizados por la entidad, el país presidido por Evo Morales tiene aún un gran potencial exportador de energía sin desarollar y que, por ello, habrá de jugar un papel clave en la integración energética regional a través en la venta de electricidad a Brasil y Argentina.
En una rueda de prensa conjunto al ministro de Hidrocarburos y Energía de Bolivia, Luis Alberto Sánchez, y a la presidenta de la privada Cámara Boliviana de Hidrocarburos, Claudia Cronenbold; Uquillas alabó, en base a dicho escenario, las decisiones del Gobierno boliviano de avanzar hacia la exportación de energía eléctrica de fuentes limpias hacia las naciones vecinas.
Y es que el Gobierno de Evo Morales plantea como horizonte convertir a Bolivia en un «centro energético» en Suramérica, para lo que se ha fijado el objetivo de producir 8.000 MegaWatios tan sólo para exportación. Para ello, la generación con fuentes hidroeléctricas fue señalado como el gran reto que tiene ahora pendiente Bolivia, ya que solo estaría explotando entre un 5% y 10 % de dicho potencial.
Por su parte Mauricio Garrón, el investigador a cargo del estudio, estableció el beneficio para Bolivia de tender una línea eléctrica a Argentina en 56 millones de dólares durante una década, monto que se sumaría a los ingresos por la exportación misma, que no precisó. Por su parte, Argentina también se vería beneficiada porque el norte de su territorio consumiría una energía más barata.
Mientras que por lo que respecta al caso de Brasil, se fijó que, en la frontera entre los dos países, hay un potencial de producción de 3.000 MegaWatios, el doble del consumo actual total de Bolivia.
Con todo ello, la CAF ya se ha comprometido a impulsar los estudios respectivos que identifiquen la nueva cartera de proyectos, en la línea de la investigación que se acaba de presentar que fue financiada por la CAF, la Unión Europea y el banco estatal alemán de desarrollo KWF.
