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El ‘azote’ de OHL en México pide la cabeza del ministro de Hacienda del país

Luis Videgaray, secretario de Hacienda y Crédito Público de México

Infraiber, la empresa que se ha convertido en el azote de OHL en México, vuelve a la carga. Esta vez contra el secretario de Hacienda y Crédito Público del país, Luis Videgaray, al que solicita que “renuncie” para que “permitir que se le investigue” por un posible delito de lavado de dinero. Infraiber, la empresa de infraestructuras que se ha convertido en el azote de la concesionaria española OHL en México, vuelve a la carga. Esta vez contra el secretario de Hacienda y Crédito Público del país, Luis Videgaray, al que solicita que “renuncie” para que “permitir que se le investigue” por un posible delito de lavado de dinero.

La compañía focaliza sus críticas hacia el cargo equivalente a ministro según el ordenamiento mexicano en la compra de un inmueble en Malinalco al Grupo Higa. Infraiber denuncia que la adquisición de esta casa a un precio preferente y las irregularidades ocurridas al declarar la operación deberían ser investigadas por la administración que dirige el propio Videgaray, por lo que solicita su dimisión con el convencimiento de que el político “sabrá anteponer a sus intereses particulares el interés superior de la República”.

Así consta en una misiva firmada por el abogado Paulo Díez Gargari, del despacho mexicano DGT, a la que ha tenido acceso EL BOLETÍN. Esta carta se ha enviado con copia al presidente de la nación, Enrique Peña Nieto, y a la procuradora General de Justicia, Arely Gómez, para que tomen nota de las incongruencias del proceso de compra según lo ha ido declarando no sin irregularidades el secretario de Estado.

El abogado de Infraiber califica la descripción de los hechos de Videgaray como de “una mala broma” al rendir cuentas ante el fisco del país, organismo que él mismo dirige, con más de un año de tardanza de la compra de la casa en Malinalco por 7,5 millones de pesos, un precio igual al que Grupo Higa desembolsó para su adquisición diez meses antes, lo que supondría para el “importante” contratista del Gobierno Federal la pérdida de dinero además de un inexplicado trato “evidentemente preferencial”.

Por si fuera poco, el pago de esta cantidad, imposible de justificar con el sueldo del ministro según la acusación de Infraiber, se depositó en fideicomiso “cuyas partes y objeto se desconoce” amén de que se realizó mediante entrega de obras de arte. Un esquema que está típicamente “asociado a operaciones con recursos de procedencia ilícita”, esto es, al “lavado de dinero”.

Además, en la carta se detalla que el ministro habría recibido estas obras de arte que luego usó como pago antes del año 2011, cuando ya era secretario de Finanzas del Estado de México. Y, para mayor escarnio, le acusa de no haber declarado la donación de estos cuadros asumiendo el pago de los correspondientes impuestos asociados, lo que incurre más allá de un simple “conflicto de interés”, según el letrado.

En la misiva, se desglosan todos los costos del inmueble, las percepciones del funcionario y se le cuestiona si ha pagado todos los impuestos derivados de la compraventa y sobre la procedencia de las referidas obras de arte. En este sentido, llega a apuntar que “bien podría haber sido” un “regalo de cumpleaños” de los contratistas con los que guarda “relación de amistad”, apuntando directamente al presidente de Grupo Higa, Juan Armando Hinojosa Cantú, y al máximo directivo de la española OHL, Juan Miguel Villar Mir.

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