Brasil se prepara para saber si el Congreso considera que hay motivos para seguir con el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff el próximo domingo. Para ello, se han preparado barricadas, se ha atrasado un partido de fútbol y se han colocado pantallas para seguir el proceso en directo. Brasil se prepara para saber si el Congreso considera que hay motivos para seguir con el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff el próximo domingo. Para ello, se han preparado barricadas frente al Congreso, se ha atrasado un partido de fútbol y se han colocado pantallas para seguir el proceso en directo.
El juicio político a la mandataria latinoamericana se ha convertido en todo un espectáculo de masas que no ha hecho sino cebarse con la imagen de la presidenta, que antaño era una de las gobernantes más queridas de Latinoamérica junto a su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
Ambos han perdido muchos apoyos, la primera por este proceso (Rousseff está en la picota debido a las dudas sobre la gestión de recursos en su última legislatura y porque no queda claro como fue financiada su última campaña) y el fundador del Partido de los Trabajadores (PT) por su implicación en el escándalo de la empresa estatal Petróleos Brasileños (Petrobras).
Entre este viernes y el próximo domingo, el Congreso deberá decidir cual es el destino de la presidenta. Aunque todo apunta a que no saldrá nada bien parada. Muchos de sus partidarios la han abandonado y cada vez se encuentra más sola en este proceso que podría saldarse con su destitución.
Su presumible sustituto, el vicepresidente y miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), Michel Temer, también deberá enfrentarse a un proceso similar pues él también fue elegido como mano derecha de la mandataria en las últimas elecciones presidenciales brasileñas. En vista de ello, fue uno de los primeros que le dio la espalda a su antaño compañera en el Gobierno, al romper su unión y obligarla a buscar otros aliados.
Aunque cada vez tiene menos opciones. El Partido Social Democrático (PSD) y el Partido Laborista Brasileño (PTB) también decidieron pasarse a las listas de aquellos que votarán a favor del impeachment, entre los que también se encuentran el Partido Progresista (PP) y el Partido Republicano Brasileño (PRB).
Todo ello mientras todo Brasil tiene la vista puesta en lo que ocurre con el Gobierno, pues lo que salga del impeachment supondrá un cambio en la economía del antaño gigante latinoamericano ocurra lo que ocurra.
Según el portal financiero Bloomberg, la expectación será aprovechada por muchos para sacarle partido. Este es el caso de Eduardo Cunha, el líder de la Cámara de los Diputados, que piensa hacer una lectura en voz alta de todos los que vayan a votar en el proceso. El domingo Brasil va a ser todo un espectáculo.
