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Las ‘abengoas’ de Wall Street ponen en entredicho la política energética de Obama

Wall Street

Barack Obama se ha topado con un inesperado lastre en la recta final de su mandato presidencial. La quiebra de tres firmas de energías renovables receptoras de abultadas partidas de fondos federales para el desarrollo de sus proyectos ponen en entredicho sue políticas desplegadas energéticas. Barack Obama se ha topado con un inesperado lastre en la recta final de su mandato presidencial. La quiebra de tres firmas de energías renovables receptoras de abultadas partidas de fondos federales para el desarrollo de sus proyectos ponen en entredicho las políticas desplegadas por el demócrata en esta materia, eje fundamental de su programa.

El último mal trago, por ahora, se lo ha dado la quiebra de SunEdison. Varias de sus filiales se han acogido ya a la protección judicial para bancarrotas y la publicación por parte de The Wall Street Journal de una investigación contra la compañía por falsear cuentas no ha hecho más que empeorar el panorama. En el último año, la cotizada ha perdido un 95% de su valor en la Bolsa neoyorquina.

En su página web corporativa, SunEdison dedica un espacio a ensalzar las medidas de Obama a favor de un modelo energético más sostenible para EEUU. “¿Será recordado Obama como el presidente de la energía renovable?”, se titula el artículo en cuestión. En él se desgranan las iniciativas implementadas por el todavía líder republicano a favor del desarrollo de esta industria, de las que ella misma ha sido beneficiada.

La cartera de deuda del capítulo más reciente de esta historia de quiebras asciende a 11.670 millones de dólares. Una cifra que, al cambio de divisas, es muy comprable a los cerca de 9.000 millones de euros que han forzado el preconcurso de acreedores de Abengoa, que hoy mismo daba a conocer sus maniobras judiciales para evitar que su quebradiza situación financiera se complique aún más al otro lado del Atlántico, donde había desarrollado buena parte de su estrategia internacional en los últimos años.

Con varias filiales en el Estado de Delaware, conocido como el ‘paraíso fiscal’ de EEUU por la baja carga impositiva que fija para las empresas radicadas en su territorio, Abengoa ha recibido fondos federales por unos 2.900 millones de dólares, según su documentación fiscal. El Departamento de Energía de EEUU, dependiente directamente del gabinete de Obama, habría “regado” con nada menos que 2.900 millones de euros la expansión de la firma sevillana en proyectos para Nuevo México, California, Arizona y Kansas.

Aunque la situación en Abengoa parece encauzada ya decididamente hacia el convenio con acreedores, los fantasmas sobre un futuro tan desatinado como el que sufran ya algunas filiales de SunEdison o el que atravesó la decana de este rosario, Solyndra, ponen en apuros la autoridad de Washington en materia de lucha contra el cambio climático. Y es que, las predilectas del Gobierno Federal parecen abocadas al abismo financiero antes o después consecuencia de una agresiva política de endeudamiento para soportar su rápido y explosivo crecimiento.

De confirmarse el peor de los destinos para la sevillana, la historia de Solyndra volvería a repetirse, dejando muy en entredicho la capacidad del gabinete Obama en materia de cambio energético. Esta compañía fue otra de las predilectas del Gobierno Federal para apostar por un modelo más sostenible y, sin embargo, lo que terminó siendo insostenible fueron sus finanzas, que presionadas por una abultada deuda combinada con una muy escasa liquidez provocaron su hundimiento y el correspondiente agujero en las arcas públicas de la mayor economía mundial.

En este primer caso de controversia, la historia comienza de la mano del ascenso de Obama a la presidencia de la primera economía mundial. La fabricante de paneles solares recibió su primera inyección de caudales públicos de parte de la administración federal en 2009, el mismo en el que EEUU tuvo por primera vez un mandatario negro. Fueron 535 millones de dólares de un préstamo federal que en realidad se llevaba solicitando desde el ejercicio 2006, cuando el republicano George Bush lideraba el país.

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