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El referéndum de Bolivia le da el último golpe a la izquierda en Latinoamérica

Evo Morales, presidente de Bolivia

El pasado 21 de febrero el presidente de Bolivia, Evo Morales, se puso a prueba y perdió. A través de un referéndum en el que buscaba su cuarto mandato, los bolivianos no le prestaron su apoyo, lo que supone un nuevo varapalo para la izquierda en América Latina. El pasado 21 de febrero el presidente de Bolivia, Evo Morales, se puso a prueba y perdió. A través de un referéndum en el que buscaba su cuarto mandato, los bolivianos no le prestaron su apoyo, lo que supone un nuevo varapalo para la izquierda en América Latina.

Por un margen de de 2,7 puntos porcentuales, el ‘no’ a Morales se impuso con un 51,52% frente al 48,48% del ‘sí’, lo que vuelve a demostrar que las políticas de izquierdas están perdiendo puntos en Latinoamérica. El caso de Bolivia es destacable porque es uno de los países que más se ha empecinado con las políticas socialistas.

En otros países las cosas han cambiado. Varios son los ejemplos de esta vertiente. Como Argentina o Venezuela, donde las últimas elecciones han acabado con regimenes de izquierdas que llevaban en el Gobierno más de 10 años. La victoria de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) en Venezuela y del conservador Mauricio Macri en Argentina vaticina cambios en toda la región.

Latinoamérica, se encuentra en medio de uno de sus peores años, desde el punto de vista económico, que se recuerde. Las medidas ‘populistas’ de muchos de sus gobiernos parecen no haber funcionado, y muchos de ellos han optado por suavizarlas. Como Michelle Bachelet en Chile, que defendió durante la campaña electoral una agenda de marcado carácter izquierdista y que cuando llegó al poder decidió acercarse al camino del centro con diversas reformas como la educativa y fiscal.

Lo mismo que el presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, que ha optado por desandar la senda de su predecesor José Mujica y mostrarse mucho más conservador que el ‘presidente más pobre del mundo’. La primera muestra de ello fueron sus ministros, empezando por el líder de la cartera de Asuntos Exteriores, Rodolfo Nin Novoao medidas fiscales diversas, como la de IRPF.

Brasil, que según diversos organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI), y el propio Banco Central de Brasil, será el principal lastre para el resto de la región, ha tenido que hacer también su movimiento hacia el carril del centro. Para conseguirlo nombró a Joaquim Levy ‘manostijeras’ ministro de Haciencia, pero no logró hacer las reforma esperadas y renunció para dejar sitio a Nelson Barbosa.

La corrupción en la petrolera estatal Petróleos Brasileños (Petrobras) y el proceso de juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff no permiten demasiado margen de movimiento, aunque es notorio el cambio que han sufrido sus políticas en los últimos tiempos.

La visita del presidente estadounidense, Barack Obama, a Cuba también pone de manifiesto el cambio de vertiente que vive la isla caribeña que no solo está en trámites de levantar el embargo de los vecinos del norte, sino que también se está abriendo a la empresa privada.

En los últimos meses han acudido al país delegaciones de México, Paraguay, EEUU, Chile, Panamá, España y Argentina, entre otros, lo que da buena muestra del interés del Gobierno cubano de cambiar las cosas y firmar acuerdos comerciales que supondrían un motor para la economía de la mayor de las Antillas.

Existen otros casos, como los de la propia Bolivia y Ecuador, que aunque se mantienen firmes en sus creencias y en las medidas que hicieron tan populares a Evo Morales y Rafael Correa han abierto un poco la mano y, en aras a mantener el crecimiento económico, han apostado por acercarse a la empresa privada. Aunque ambos han sufrido un revés, Morales en el referéndum y Correa, que ha decidido no volver a presentarse a la Presidencia de su país.

El caso boliviano ha supuesto para el Partido Al Socialismo (MAS) de Morales un duro revés para el que parecían no estar preparados, puesto que el propio mandatario ha decidido postergar el nombramiento de un sucesor hasta 2018 a pesar de las cábalas que ello supondrá.

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