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El añejamiento de los habanos en las cavas

En los últimos tiempos marcas relevantes como Romeo y Julieta, Montecristo, Partagás y Hoyo de Monterrey han puesto en el mercado cigarros a los que han denominado de serie ‘Añejado’. Importante contar el trabajo desarrollado de añejamientos que se realizan en las cavas españolas. En los últimos tiempos marcas relevantes como Romeo y Julieta, Montecristo, Partagás y Hoyo de Monterrey han puesto en el mercado cigarros a los que han denominado de serie ‘Añejado’. Importante contar el trabajo desarrollado de añejamientos que se realizan en las cavas españolas.

El experto en habanos Angel Garcia Muñoz, para Pasión Habanos, realiza un excelente trabajo para explicarnos el importantísimo trabajo que desarrollan las cavas españolas en el añejamiento de cigarros.

El añejamiento de un cigarro elaborado es una labor que muchas veces comienza en los llamados “escaparates” de las propias fábricas, ya que allí los guardan durante un tiempo determinado antes incluso de anillarlos y guardarlos en sus correspondientes cajas.

Pero la labor más encomiástica que podemos valorar los aficionados a los cigarros, es la que hacen los propios estanqueros con muchos cigarros que llevan años de elaboración y, o bien no fueron todavía distribuidos, o los compran en el momento de su salida al mercado y los conservan y mantienen en sus propias cavas.

«Conozco varios, aunque mejor decir que numerosos, estanqueros que cuando salen las ediciones limitadas de algunos cigarros (principalmente de los habanos) compran a los distribuidores una buena cantidad para guardarlos y así añejarlos».

También conozco muchos estanqueros que además de las cavas que tienen abiertas al público disponen de otros locales, bodegas o almacenes, donde guardan esos cigarros recién llegados de los distribuidores para añejarlos durante un cierto tiempo y sacarlos más tarde a sus propios mercados.

Hace apenas unos días he podido comprobar estos hechos en la cava de un estanquero que dispone de un céntrico establecimiento en Madrid, en la que he podido encontrar series tan antiguas como de hace más de cinco años.

Al mostrarle mi sorpresa porque en su cava los clientes pudiesen encontrar cigarros elaborados en el año 2010, me ha sorprendido todavía más al mostrarme cajas con fecha de los años 2001 y 2003, que él mismo compró en su día para guardarlos en perfectas condiciones.

Estanqueros de Madrid, Barcelona, Asturias, Bilbao, Guipúzcoa, Marbella y Sevilla, por citar algunos de ellos aunque hay otros muchos más, que en ocasiones almacenan cigarros durante años para después podérselos ofrecer a sus clientes.

El añejamiento en una cava nos ofrece a los aficionados la garantía de que esos cigarros han sido debidamente conservados en condiciones de humedad y temperatura, de tal forma que las condiciones climáticas de sus respectivas ciudades no incidan para nada en los mismos.

Ese aspecto de las cavas de los estancos es otra de las razones por lo que los aficionados podemos comprender que un cigarro añejado de esta forma, consigue conservar sus condiciones organolépticas todo ese tiempo.

Y ello se debe a que un cigarro que ha permanecido en la cava de un estanco a partir del segundo año comienza a madurar sus tabacos de tal forma que asegura un plus muy especial a la hora de su degustación.

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