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La oposición venezolana sale a la calle para ganarse a los indecisos

Bandera de Venezuela

¿Quién lo diría? Tomás Guanipa, Henry Ramos Allup, Richard Blanco, Stalin Gonzalez, José Guerra, Jorge Millána, José de Abreu y Marialbert Barrios, candidatos de la Mesa de la MUD en Caracas, listos para encabezar una marcha de activistas en pleno corazón de Artigas, al oeste de la ciudad. ¿Quién lo diría? Tomás Guanipa, Henry Ramos Allup, Richard Blanco, Stalin Gonzalez, José Guerra, Jorge Millán, José de Abreu y Marialbert Barrios, candidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en Caracas, listos para encabezar una marcha de activistas en pleno corazón de Artigas, al oeste de la ciudad.

Banderas multicolores suben por las escaleras mecánicas de la estación del Metro. Algún militante del Chavismo gritó: “¡Váyanse a otra parte!”. De inmediato fue opacado por los gritos de “unidad” que iban y venían sin cesar.

Alguien mencionó a Cilia Flores y a los sobrinos. No volvió a aparecer ningún activista rojo. Así, con todos los candidatos al frente, arrancaron en paz en pleno corazón del oeste caraqueño sin el menor sobresalto. Terminaron un acto –tarima incluida- en El Paraíso.

Jorge Millán tiene varias semanas enfocando su trabajo en esa zona. De allí salen buena parte de las asambleas vecinales que le organiza su equipo para invitar a votar el seis de diciembre. Stalin González y Richard Blanco ya van por la casa número 35.000 en todo el Circuito 5, que incluye El Paraíso. De manera tal que la oposición sabía a lo que se estaba enfrentando. Y en la tarima se subieron toditos. Atrás –como una pesadilla- quedaron los empujones vergonzosos de la antigua Coordinadora Democrática.

No se trató de un arranque de campaña electoral común y silvestre. Fueron a comprobar los resultados de lo que han sembrado durante varios meses de intenso trabajo electoral. Y entonces lo convirtieron prácticamente en una “operación remate”, que ya habíamos adelantado en KonZapata desde el día de la inscripción de las candidaturas opositoras.

Pero también hubo espacio para la autocrítica: “El problema acá es la falta de organización”, comentó un candidato con sus pares, mientras desde el camión rogaban –de hecho casi imploraban- a los activistas no sobrepasar el vehículo. No es un mal síntoma; por el contrario, la autocrítica es parte necesaria de la receta. De otra manera no hubiera capacidad de rectificación, como en efecto le sucede al Chavismo, cuyo timonel ya no puede cambiar radicalmente la dirección del timón.

Y así como en Caracas, arrancaron en Anzoátegui, Falcón, Trujillo, Guárico, Miranda, Cojedes, Carabobo, Mérida y Táchira. Simultáneamente en todo el país: Caravanas de motorizados y actos con masiva concurrencia de la militancia. ¿El Chavismo . hizo lo propio? Definitivamente sí. En Monagas presidió el acto, cómo no, Diosdado Cabello Rondón. Ya forraron La Vega en Caracas –por ejemplo- con propaganda. Y esto lo dijo un candidato en privado luego del acto del día viernes: “Miren cómo empezaron a forrar todo esto con propaganda. Tienen demasiado dinero. No es el momento de descansar. Hoy más que nunca nos toca trabajar”.

Esa es la orden para todos los dirigentes de base y militantes de la MUD: Que nadie se quede sin trabajar en esta recta final de la campaña. Que las encuestas estén cantando el final no significa que es momento del triunfalismo. El Chavismo está derrochando recursos. La MUD derrocha ideas y capital humano. Dicen que billetera mata galán, pero no cuando el dueño de la billetera es el responsable de los maltratos que convirtieron a la pareja en víctima.

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