La Federación Única de de los Petroleros (FUP) de Brasil ha comenzado desde el pasado domingo una huelga en definida como protesta contra las intenciones del Gobierno de Dilma Rousseff de realizar desinversiones en la estatal Petróleo Brasileiro (Petrobras). La Federación Única de de los Petroleros (FUP) de Brasil ha comenzado desde el pasado domingo una huelga en definida como protesta contra las intenciones del Gobierno de Dilma Rousseff de realizar desinversiones en la estatal Petróleo Brasileiro (Petrobras).
El sindicato comenzó las movilizaciones a las cinco de la tarde a pesar de que la compañía estatal señalase en un comunicado que ni la producción petrolera ni el refinado se verán afectados por la medida. De hecho, Petrobras ha anunciado su intención de reunirse con los representantes del mayor sindicato del sector.
Según recoge América Economía, haciéndose eco de un comunicado del sindicato, los trabajadores han optado por huelga tras 100 días de negociación “infructuosa”.
La intención de Petrobras es reducir su volumen de duda, que asciende a 120.000 millones de dólares y generar liquidez para volver a atraer la inversión y recuperar la confianza perdida con el escándalo de corrupción que se vive en el seno de la petrolera brasileña.
Por su parte, el sindicato ha pedido que se detenga la venta de activos, se reanuden los trabajados en las refinerías, se mantengan las normas locales y las garantías de que Petrobras seguirá siendo el único operados en el área subsal de aguas profundad de Brasil.
