El expresidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, se encuentra en prisión provisional para ser juzgado por los delitos de cohecho, asociación ilícita y fraude tributario. En menos de 24 horas, Pérez Molina, ha pasado de ser el presidente a ocupar una celda en la cárcel de Matamoros. El expresidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, se encuentra en prisión provisional para ser juzgado por los delitos de cohecho, asociación ilícita y fraude tributario. En menos de 24 horas, Pérez Molina, ha pasado de ser el presidente a ocupar una celda en la cárcel de Matamoros.
Pérez Molina ha tenido una semana de lo más movida: le retiraron su inmunidad diplomática ante la falta de apoyos por parte del Congreso, renunció, lo llamaron a declarar y ahora se encuentra en un penal guatemalteco que acoge a presos que podrían sufrir atentados. Todo ello gracias a la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (Cicig).
El organismo amparado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) sacó a relucir la trama corrupta conocida como La Línea, que colocaba a Pérez Molina y a su expresidenta Roxana Baldetti a la cabeza de una red que cobraba sobornos a cambio de que determinados productos no pagasen aranceles.
Durante meses, la población guatemalteca ha pedido responsabilidades políticas al ahora exmandatario. Esta ha sido, como señala el diario español El País, una de las razones para que el proceso no cayese en el olvido.
La renuncia de algunos de sus ministros, así como la terquedad del presidente al aferrarse al cargo con uñas y dientes no han mejorado su opinión de cara a la opinión pública, que no ha dejado de salir a la calle para mostrar su descontento.
Se trata de la primera vez que el país latinoamericano se enfrenta a una situación de este estilo y quedará durante mucho tiempo en la retina de los observadores, tanto nacionales como internacionales.
Todo el proceso ha sido examinado desde diferentes ángulos a través de los medios de comunicación y las redes sociales, donde los ciudadanos han dado su opinión de todo el proceso, desde los primeros descubrimientos al encarcelamiento del mandatario.
Como se han dado movilizaciones durante todo el proceso, no es nada extraño que los guatemaltecos se hayan echado también a la calle para festejar la entrada en prisión del presidente, que ha sido sustituido por su vicepresidente, Alejandro Maldonado.
