Las elecciones de la provincia de Tucumán se han convertido en las más controvertidas de los últimos tiempos en Argentina. Una serie de irregularidades que los ganadores, el FPV y su candidato Juan Manzur, ha minimizado ha hecho que la oposición exija una repetición de los comicios. Las elecciones de la provincia de Tucumán se han convertido en las más controvertidas de los últimos tiempos en Argentina. Una serie de irregularidades que los ganadores, el Frente Para la Victoria (FPV) y su candidato Juan Manzur, han minimizado ha hecho que la oposición exija una repetición de los comicios.
De hecho, miles de manifestantes se han personado a la puerta de la Casa de Gobierno de San Miguel de Tucumán exigiendo una nueva votación. Tras tensas horas de manifestaciones, el Gobierno de José Alerovich (también del FPV) tomó la decisión de que las fuerzas de seguridad lanzasen gases lacrimógenos, pelotas de gomas y otros artilugios contra los manifestantes.
La quema de urnas durante las elecciones o el reparto de bolsas con comida ‘a modo de agradecimiento’ han sido varias de las irregularidades que la oposición ha utilizado para sustentar sus protestas y la ciudadanía se ha unido a ellos para criticar la victoria del partido del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Precisamente, este tipo de situaciones al que más dañan es a Daniel Scioli, el candidato a la presidencia por el FPV, que ha visto como su imagen se deterioraba por culpa de las irregularidades. La victoria por un 14% le ha salido cara, aunque insiste a su principal enemigo político, Mauricio Macri, que reconozca los resultados.
Macri tiene muy complicado alzarse con la victoria el 25 de octubre, aunque tiene más opciones si consigue masificar lo suficiente lo ocurrido en Tucumán.
