El candidato republicano Donald Trump ha vuelto a ganarse el odio de los mexicanos al asegurar que si sale elegido presidente deportará a todos los inmigrantes ilegales provenientes del otro lado de la frontera. “No podemos dejar que sigan aprovechándose de nosotros”, ha insistido. El candidato republicano Donald Trump ha vuelto a ganarse el odio de los mexicanos al asegurar que si sale elegido presidente deportará a todos los inmigrantes ilegales provenientes del otro lado de la frontera. “No podemos dejar que sigan aprovechándose de nosotros”, ha insistido.
Donald Trump no se retracta de sus polémicas declaraciones, de hecho no hace sino reiterarlas. Hace unos meses aseguró que los mexicanos que llegaban hasta las fronteras estadounidenses eran unos “violadores y criminales” y en sus últimas declaraciones las ha ratificado al ofrecerse a liderar una campaña desde el ala más conservadora del Partido republicano.
El millonario, como recoge El País, ha señalado que mantendrán juntas a las familias pero “se tienen que ir”. De hecho, en anteriores declaraciones ya manifestó que el único modo de mantener a los mexicanos alejados era construir un muro que debía pagar el Gobierno de Enrique Peña Nieto.
Sin embargo, no solo aquí se queda Trump, en su página web ha propuesto derogar las órdenes ejecutivas de Barack Obama en las que canceló la deportación de ‘sin papeles’ que no tengan antecedentes penales, eliminar los permisos concedidos a los indocumentados que llegaron al país en edad temprana y modificar la Constitución para que los nacidos en EEUU de padres que residen ilegalmente en el país pierdan su ciudadanía.
A su modo de ver, los líderes mexicanos se han aprovechado de EEUU al usar la inmigración ilegal para exportar el crimen y la pobreza de su propio país. “Lo que están haciendo es tener hijos. De repente, sin que nadie lo sepa llega un bebé” ha criticado Trump, que considera que usan la natalidad como plan para quedarse en el país.
Igualmente, ha aprovechado su última intervención para criticar a los candidatos que hasta ahora se mantenían como favoritos de los republicanos. Jed Bush es, según el “una marioneta” por su perfil más moderado y Marco Rubio, un infiltrado. De este modo lo ha criticado por su apoyo al proyecto bipartidista para reformar la ley de inmigración que el Senado aprobó en 2013.
