La candidata demócrata a la presidencia de EEUU, Hillary Clinton, ha pedido al Gobierno del presidente Barack Obama que no deje solo a Puerto Rico con la deuda de 72.000 millones a la que se enfrenta y busque algún tipo de reestructuración en ella. La candidata demócrata a la presidencia de EEUU, Hillary Clinton, ha pedido al Gobierno del presidente Barack Obama que no deje solo a Puerto Rico con la deuda de 72.000 millones a la que se enfrenta y busque algún tipo de reestructuración en ella.
Clinton, que ha hablado de la “Grecia caribeña” ha pedido a la Casa Blanca implicarse más: “El Congreso y el Gobierno de Obama tienen que trabajar junto con Puerto Rico, proporcionando un verdadero apoyo y herramientas para que Puerto Rico pueda hacer el duro trabajo que le permitirá iniciar un camino hacia la estabilidad y la prosperidad”.
La candidata hace esta petición porque el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, aseguró que la deuda de la isla caribeña no entra en la agenda del Gobierno y es un tema que queda en manos del Congreso. Lo que no deja de ser contradictorio, pues el Ejecutivo de Obama no deja de pedirle a Europa un acuerdo con Grecia.
En cualquier caso, todo apunta a que buscar una salida para Puerto Rico no será posible, porque quedan unos 20 días para que el Ejecutivo cierre para vacaciones, lo que ha irritado a algunos congresistas, como la propia Hillary Clinton y Nydia Velázquez, de origen puertorriqueño.
Velázquez ha mandado una carta al presidente en la que le pide que se involucre personalmente. “En vista del potencial para que esta situación se deteriore más aún rápidamente, le pido que convoque una reunión de emergencia del Grupo de Trabajo del Presidente para los Mercados Financieros para tratar este asunto y traer a todas las partes a la mesa para que negocien una solución ordenada”, fue lo que escribió.
A su modo de ver, el peligro no está solo en Puerto Rico, sino también en EEUU porque el 53% del mercado estadounidense de deuda municipal gestiona bonos puertorriqueños. “La mejor opción”, según ella y tal y como recoge el diario El País es “sentar a todas las partes -tanto acreedores como deudores- a la mesa de negociaciones, como solo la Casa Blanca lo puede hacer, es nuestra mejor esperanza, no solo para Puerto Rico, sino también para los intereses de EEUU”.
