A días de una reunión entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, prevista en Tokio, tema prioritario, a la búsqueda del equilibrio. A días de una reunión entre el presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, prevista en Tokio, tema prioritario, a la búsqueda del equilibrio, que permita equiparar la incidencia de China en la región, sobre todo por los acontecimientos de los últimos tiempos que reafirman su gestión, es así que varios países latinoamericanos en situaciones financieras endebles han recurrido a la ayuda china, Venezuela, Argentina, y Brasil, justamente Petrobras, petrolera estatal, anunció el pasado 1 del corriente el ingreso a sus debilitadas arcas, como consecuencia del mega escándalo de corrupción que la salpica fuertemente, de 3.500 millones de dólares de la mano del BDC –Banco de Desarrollo de China, vale reconocer gruesas fallas de gestión en la petrolera, que elevaron en decenas de miles de millones de dólares los costos de construcción de dos refinerías, más la compra de otra planta en la ciudad de Pasadena EEUU.
Recordemos que por el 2009, la misma entidad crediticia otorgó a Petrobras 10.000 millones de dólares en momentos del descubrimiento de enormes reservas bajo la capa de sal en el fondo del Atlántico.
El acuerdo le asegura a China, como pago, diez años de suministro de oro negro.
Gracias a esta realidad urge en la Agenda Norteamericana apurar los pasos en sellar uno de los mayores pactos comerciales del mundo, quizá, la firma se dilate un tiempo, sin embargo la junta entre ambos líderes podría servir de fuerte impulso a efectos de alcanzar el éxito en un futuro por demás, cercano.
El Acuerdo de Asociación Transpacífico TPP, considerado elemento neurálgico en el giro geoestratégico del presidente Obama, hacia Asia, interconectaría a una docena de economías del Asia-Pacifico, eliminando barreras comerciales, complementado las regulaciones, en un tratado que atesora dos quintos de la economía mundial y un tercio del comercio global. Además el presidente Obama, busca recuperar el tiempo perdido, tras cuatro años de negociaciones y de incumplimiento de los plazos prefijados, las negociaciones apuntaran a poner sobre la mesa concesiones más profundas, como por ejemplo, un futuro alivio a la postura proteccionista de Japón sobre productos tales como, la carne, el azúcar, los lácteos y el trigo, las que, evidentemente, tomarán más fuerza de llegar a buen puerto, todo derivado del momento tan particular que se transita.
La Casa Blanca aspiraba a sellar el acuerdo el pasado año, sin embargo desacuerdos sobre las barreras, como impuestos a las importaciones que aplica Japón sobre los productos agrícolas- trigo-maíz-productos lácteos- carne vacuna y porcina, Washington, por lo tanto buscó proteger a las automotrices de sus rivales niponas, estos condimentos resultaron un escollo insalvables en la firma del acuerdo en el 2014, sin embargo China metió la cola.
Retomando junto en Tokio, analistas espera señales de buena voluntad, de ambas partes, observando con optimismo a Vietnam, sede del próximo encuentro de los negociadores del TPP.
Donde todo es coincidencia -cualquier acuerdo al que lleguen Japón y EEUU- jugará como reflejo para los demás integrantes del TPP Australia-Brunei-Chile-Canadá-Malasia- México-Nueva Zelanda-Perú-Singapur y Vietnam, de resultar negativo el acuerdo TPP sobrellevaría dificultades para concretarse.
El notorio avance chino en la región lleva como estandarte sus crecientes inversiones, al margen de los puntuales operativos salvataje, es el caso de la Corporación Estatal de la Red Eléctrica de China–SGCC–la mayor compañía en China y el mundo de transmisión y distribución eléctrica la que conjuntamente con su subsidiaria brasileña State Holding, dispondrá de algo más de 5.000 millones de dólares a efectos de adquirir líneas de transmisión eléctrica.
Perú, quien al momento goza de las preferencias de inversores internacionales, alejado de los escándalos que salpican tanto a Brasil, como a México, en menor medida, ya que rápido de reflejos en breve promulgará una ley anticorrupción, conoce la apuesta china, a saber la adquisición de la mina Las Bambas por intermedio del consorcio chino MMG LTD, liderado por la estatal Minmetals Corp, por 5.800 millones de dólares, lo que eleva su inversión en proyectos mineros en aproximadamente.- El desembarco chino ha tenido características de desplazamiento o absorción de firmas privadas occidentales, punto a tener muy en cuenta, de la mano de abultadas inversiones de compañías o consorcios estatales.
Sin embargo Venezuela ha recibido algo más de 50.000 millones de dólares en créditos garantizados con entregas de petróleo, si le sumamos la inversiones directas el país boricua se convierte en el primer destino inversor chino.
Ante esta realidad, evidentemente a la administración Obama no le queda margen, debe indefectiblemente, iniciar el camino en búsqueda del equilibrio perdido.
