Las relaciones humanas pueden ser complejas y estar plagadas de incomunicación y desencuentros. Y también aportar el punto exacto de desesperanza poética que necesitan algunas canciones memorables, bailables y melancólicas, como las que componen el repertorio de la banda peruana Tourista. Las relaciones humanas pueden ser complejas y estar plagadas de incomunicación y desencuentros. Y también aportar el punto exacto de desesperanza poética que necesitan algunas canciones memorables, bailables y melancólicas, como las que componen el repertorio de la banda peruana Tourista.
Con sólo cuatro años de volcánica existencia, el grupo formado por Rui Pereira, Sandro Labenita y Ricardo Gutiérrez, ha logrado hacerse un hueco entre los aficionados a las músicas modernas de su país y su nombre empieza a ser conocido también en otros territorios más allá de su mercado natural.
En concreto, su próximo objetivo inmediato parece ser el mercado latino de EEUU. Y para la primera toma de contacto, el pasado 20 de marzo realizaron una actuación en el famoso festival ‘South by Southwest’, auténtica revalida para cualquier banda emergente que se precie.
Allí han podido poner a prueba frente a un público interesado y entendido las canciones de su último trabajo ’Gato por Liebre’, donde han profundizado más en su estética dance, de cadencias elegantes, guitarras sutiles y pinceladas instrumentales de corte electrónico.
El cóctel incluye también otros elementos tomados directamente de la tradición afroperuana, en especial en las bases rítmicas, poderosas y contundentes, que funcionan como cimientos perfectos de un edificio sonoro que merece la pena conocer.
Una mezcla intensa y pensada para las pistas de baile más inteligentes del planeta que, en ocasiones, evoca al mejor techno pop hispano de la década de los ochenta, o de bandas actuales como los incombustibles Fangoria, o Miranda, una de las bandas superventas argentinas más interesantes.
