Brasil ha sido siempre una tierra plagada de grandes y revolucionarios guitarristas. Nombres como los de Badem Powell o Toquinho, que también cantaba, han dejado un recuerdo imborrable en los aficionados. Pero la mina está lejos de agotarse. Como demuestra la música de Fabiano do Nascimento. Brasil ha sido siempre una tierra plagada de grandes y revolucionarios guitarristas. Nombres como los de Badem Powell o Toquinho, que también cantaba, han dejado un recuerdo imborrable en los aficionados. Pero la mina está lejos de agotarse. Como demuestra la maravillosa música que produce Fabiano do Nascimento.
Virtuoso y preocupado por el sonido hasta límites insospechados, Fabiano ha incluido una cuerda más en su guitarra, para dotarla de una sonoridad más `pianística’, que le permita abarcar una gama mayor de notas en la zona más grave del arco sonoro.
Pero esta característica no es, mi mucho menos, la más notable en el universo sonoro de Do Nascimento. Un artista completo con un conocimiento amplio de la música tradicional de su país que, además, utiliza el jazz y las sonoridades contemporáneas para conseguir que avance hacia el futuro.
A estas capacidades singulares, Fabiano une una formación sólida que pasa también por el conocimiento de los clásicos y por el estudio de las disciplinas como composición y armonía y el manejo de otros instrumentos distintos del que le caracteriza como el piano, por ejemplo.
Aunque con todo este bagaje y sólo 31 años de edad, quizá lo más importante en la música de este nativo de Rio de Janeiro, sea su gran sensibilidad melódica, y el buen conocimiento de los múltiples ritmos que se usan en el folklore brasileño. Desde el choro al baiao.
Porque no sólo de ‘bossa-nova’ viven los buenos aficionados a los excitantes sonidos que nos llegan desde hace siglos desde aquella parte del mundo. Un tesoro al que hay que añadir constantemente nuevas joyas. Y ahí está para demostrarlo ‘Dança Dos Tempos’, el disco más reciente de Fabiano.
