Entre los Ramones, los Nikis y los primeros Siniestro Total, desde Costa Rica, Ave Negra mantiene viva la llama del buen punk-pop en castellano, con la ironía y la energía suficientes para no pasar desapercibidos. Entre los Ramones, los Nikis y los primeros Siniestro Total, desde Costa Rica, Ave Negra mantiene viva la llama del buen punk-pop en castellano, con la ironía y la energía suficientes para no pasar desapercibidos.
Formato de trío de ritmo, intenciones devastadoras, letras humorísticas y una pasión por el ruido que convierte inolvidables sus actuaciones, según asegura algún testigo presencial que ha sobrevivido para contarlo.
Sin desmerecer a nadie, es cierto que resulta refrescante encontrarse con estos tres aguerridos muchachos, a los que no falta tampoco un toque de psicodelia, en medio del advenimiento de la cumbia digital y otras hierbas igualmente bailables.
Lo de Ave Negra también se puede bailar, rescatando los ‘botes’ más osados del durísimo ritmo del pogo que, desde el final de los años setenta, siempre ha contado con un grupo selecto de practicantes capaces de mantener viva la llama.
Y, aunque sean pocos son tan aguerridos que han conseguido, por ejemplo, que Felipe, Federico y Rusell, con sólo dos Eps publicados y otro en cartera sean conocidos en los ambientes más ‘selectos’ del rock delicado de su propio país y también de México.
Ahora, mientras completan su primer álbum, estos tres rockeros entusiastas hacen planes sobre cómo desarrollar en el futuro su plan infalible para conquistar el mundo. Según parece, tienen previsto pasar por España. Tengan listas las zapatillas de baile.
