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Jungle Fire

Jungle Fire

No es nada nuevo. El público estadounidense siempre ha sido proclive a dejarse seducir por el frenesí musical que provocan los ritmos latinos. Lo consiguió Pérez Prado con su ‘mambo’ y también la salsa neoyorquina de Fania. Ahora ha llegado el turno del afrofunk latinizado que propone Jungle Fire. No es nada nuevo. El público estadounidense siempre ha sido proclive a dejarse seducir por el frenesí musical que provocan los ritmos latinos. Lo consiguió Pérez Prado con su ‘mambo’ y también la salsa neoyorquina de Fania. Ahora ha llegado el turno del afrofunk latinizado que propone Jungle Fire.

Algunos musicólogos, simplemente, aseguran que no hay diferencias reales entre el llamado afrobeat y las raíces más profundas de las rítmicas latinoamericanas. Serían casi las dos caras de una misma moneda. Quizá por eso, el sonido de Jungle Fire sea tan potente y bailable como natural.

La banda se ha formado en la ciudad de Los Angeles, la nueva meca de la música latinoamericana en EEUU, fuerte competencia para Miami. Allí ha confluido un puñado de músicos mestizos que reivindican por igual a maestros como James Brown, Fela Kuti, Ray Barret e Irakere.

Por lo mismo, en su numerosa alineación se mezclan en perfecta armonía los apellidos anglosajones con los hispanos. Una conjunción de intereses y sensibilidades que obtiene como resultado unas piezas instrumentales largas, densas, en las que predomina la percusión y los vientos marcan la pauta.

Su primer disco, titulado ‘Tropicoso’ saldrá al mercado el próximo 30 de septiembre en el sello Nacional Records y su publicación será el pistoletazo de salida de una gira estadounidense que, entre otros momentos culminantes, les llevará a formar parte del cartel del Festival Supersónico de Los Angeles.

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