Paraguay se ha unido a los países que apuestan por las asociaciones entre entes públicos y la empresa privada, una costumbre que se está popularizando en Latinoamérica para superar los “cuellos de botella” en carreteras, aeropuertos y redes eléctricas. Paraguay se ha unido a los países que apuestan por las asociaciones entre entes públicos y la empresa privada, una costumbre que se está popularizando en Latinoamérica para superar los “cuellos de botella” en carreteras, aeropuertos y redes eléctricas.
El Gobierno de Paraguay, presidido por Horacio Cartes, acaba de terminar el reglamento que regirá dichas asociaciones y adelantó algunos proyectos prioritarios, como el dragado y mantenimiento del río Paraguay, por el que sale el 80% de sus exportaciones.
Así puede leerse en el diario paraguayo El País, que comenta como el país quiere imitar a otros países como Brasil, Chile, Perú, México y Colombia, que cuentan con los marcos normativos más desarrollados en América Latina para combinar inversiones públicas y privadas, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En cualquier caso, y pese a lo que pretenda el Ejecutivo, los sindicatos y los partidos de izquierda se oponen a las alianzas por considerarlas “una privatización disfrazada” y demandarán su eliminación en una huelga general convocada para el próximo 26 de marzo, junto con otras reivindicaciones.
