En medio de una tensa semana en la que se ha conmemorado el primer aniversario de la muerte del presidente Hugo Chávez, las divisas vuelven a convertirse en protagonistas de la economía venezolana. En medio de una tensa semana en la que se ha conmemorado el primer aniversario de la muerte del presidente Hugo Chávez, las divisas vuelven a convertirse en protagonistas de la economía venezolana.
El retraso de la publicación del Convenio cambiario que regirá el Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad II) tiene que ver con que han vuelto a surgir divergencias en el seno del gabinete económico.
No se ha dado comunicado oficial al respecto, pero una fuente que ha preferido no darse a conocer ha hablado del cisma con el diario venezolano.
Al parecer, el ministro de Planificación, Jorge Giordani, y el titular del Centro Nacional de Comercio Exterior, Alejandro Fleming, rechazan que la tasa de cambio del nuevo mecanismo sea flexible.
Al parecer, ambos consideran que es mejor imponer una tasa fija que no supera los 25 bolívares por dólar y que no debe liberarse la tasa para evitar problemas de inflación que podrían aparecer en el futuro.
Mientras que el equipo de técnicos del Banco Central de Venezuela, el presidente y el vicepresidente del área económica, Nelson Merentes y Rafael Ramírez apuestan por una tasa flexible.
Para ellos, el monto (a priori) podría estar alrededor de los 60 bolívares por dólar, pues esto contribuirá a la hora de absorber liquidez y disminuir a corto plazo la cotización del tipo paralelo.
Han apuntado también que las presiones inflacionarias serían más altas si se coloca un tope a la tasa y el pagaré de Petróleos de Venezuela S.A. (Pdvsa) con el Banco Central sigue en alza.
