Los hondureños han empezado el año con un impuesto de entre el 12% y el 15% a la mayoría de los productos y servicios a través de una Ley de Ordenamiento de las Finanzas Públicas, Control de las Exoneraciones y Medidas Antievasión. Los hondureños han empezado el año con un impuesto de entre el 12% y el 15% a la mayoría de los productos y servicios a través de una Ley de Ordenamiento de las Finanzas Públicas, Control de las Exoneraciones y Medidas Antievasión.
El nuevo reglamento, que el Parlamento aprobó a finales del año que acaba de terminar, es producto del trabajo conjunto del presidente saliente, Porfirio Lobo, y el entrante, Juan Orlando Hernández, que asumirá el poder el próximo día 27.
Ambos crearon la ley gracias a la mayoría que posee su agrupación, el Partido Nacional. La aprobación era de “ahora o nunca”, por ello aprovecharon que es la primera ver que su formación gana una elección por segunda vez desde que volvió la Democracia.
Sobre la nueva ley, muchos son los que opinan que solo servirá para agudizar la pobreza, que actualmente afecta al 70% de sus habitantes, que además sufren inseguridad, desempleo, bajos salarios e injusticia social.
Aunque no solo esto, porque se ha disparado también el precio de la gasolina, que desde hoy avanzará de modo severo. A pesar de ello, los diputados del Partido Nacional insisten en la necesidad del impuesto, pues sino el nuevo presidente encabezará una Administración sumida en una crisis sin precedentes.
