La única cadena venezolana que se mostraba crítica con el chavismo, Globovisión, ha dado un giro hacia el oficialismo después de ser vendida a un empresario vinculado al Gobierno de Nicolás Maduro. La nueva línea editorial ha provocado la salida de varios periodistas. La única cadena venezolana que se mostraba crítica con el chavismo, Globovisión, ha dado un giro hacia el oficialismo después de ser vendida a un grupo económico de seguros vinculado al Gobierno de Nicolás Maduro. La nueva línea editorial, que prohíbe entre otras cosas emitir imágenes en directo del líder de la oposición, Henrique Capriles, ha provocado la salida de varios periodistas que han decidido renunciar a puesto.
Es el caso de Leopoldo Castillo, que se despidió la semana pasada de su programa ‘Aló, Ciudadano’, el espacio emblema de la cadena y uno de los más críticos con el oficialismo. Su provocó un paro laboral de protesta del personal del informativo nocturno de Globovisión y la renuncia de cinco periodistas el pasado martes.
Roberto Giusti, María Elena Lavaud, María Isabel Párraga, Román Lozinski y Gladys Rodríguez abandonaron el canal hace dos días. También el viernes pasado Jesús Torrealba, conductor de los programas “Radar de los barrios” y “Dicho y hecho”, que daban voz a los más pobres del país, decidió abandonar Globovisión.
El canal ha sufrido una desbandada desde que pasó hace unos meses a manos de Juan Domingo Cordero, muy cercano al chavismo. Las renuncias y los despidos han acabado prácticamente con los espacios de la cadena más críticos con el Gobierno de Maduro.
