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Casi el 30% de los salvadoreños es emprendedor

‘Autoempleo’ en Latinoamérica

El 24% de la población salvadoreña posee su propio negocio. Así ha podido saberse por el estudio ‘Monitor Global de Emprendimiento’, realizado entre mayo y diciembre de 2012, que señala que lo han hecho bien por subsistencia o porque han visto la oportunidad. El 24% de la población salvadoreña posee su propio negocio. Así ha podido saberse por el estudio ‘Monitor Global de Emprendimiento’, realizado entre mayo y diciembre de 2012, que señala que lo han hecho bien por subsistencia o porque han visto la oportunidad.

En este proceso, llevado a cabo por la Escuela Superior de Economía y Negocios (Esen) se ha llegado a la conclusión de que, tanto en el sector formal como en el informal, los países pobres tienen una mayor necesidad emprendedora, ya que la gran empresa y el sector público no logran satisfacer la demanda laboral de todos.

Manuel Sánchez, catedrático de Esen y coordinador del proyecto ha explicado, tal y como recogen los medios de la región, que en el proceso han participado más de 2.000 personas en todo el país que han realizado diversas encuestas sobre asuntos tales como el éxito o el fracaso de un negocio.

Sánchez ha considerado que “las condiciones de un país son clave y demuestran que la única forma de sobrellevar el déficit laboral es con el autoempleo que crea una pequeña o mediana empresa para una persona y su grupo familiar”.

Como nota negativa, otro dato de este estudio señala que el 8% de emprendedores ha cerrado uno o más negocios en los últimos cinco años debido a “circunstancias de inseguridad, pocas oportunidades de crédito y falta de educación financiera”. Además, los negocios duran poco tiempo, “no pasan de dos o tres años”.

Otro problema que recoge el documento es que el 42% de los salvadoreños, a pesar de comenzar un negocio, temen al fracaso y solo el 8% de los que emprenden tienen la posibilidad de acceder a líneas de crédito y conocimiento técnico o especializado.

Según el coordinador de este proyecto, el problema, sobre todo, tiene que ver con la actitud, pero sobre todo con la falta de normas y políticas adecuadas para el emprendedor. De ahí la necesidad de formalizar estos comportamientos.

Que viene a ser, según el propio Sánchez, un desafío para las autoridades. “Al formalizar las empresas se lleva un control, se estimula la competencia y se le dan más herramientas al emprendedor para que realice de mejor manera sus negocios”, ha considerado.

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