El presidente de la compañía española Repsol, Antonio Brufau, ha decidido convocar al máximo órgano de gestión de la compañía con carácter extraordinario para que ratifique su gestión y su cargo al frente de la petrolera. La cita será el próximo viernes a las 12.30 horas. El presidente de la compañía española Repsol, Antonio Brufau, ha decidido convocar al máximo órgano de gestión de la compañía con carácter extraordinario para que ratifique su gestión y su cargo al frente de la petrolera. La cita será el próximo viernes a las 12.30 horas.
Con esta reunión Brufau intenta poner fin a las especulaciones sobre su sustitución, desatadas a raíz de la creciente tensión con su principal accionista, la constructora española Sacyr, que ostenta un 20% del capital. Esta mañana la prensa aseguraba que la compañía que preside Luis del Rivero y La Caixa (que posee un 12,7% de Repsol) han empezado a sopesar si es conveniente o no la permanencia de Brufau como presidente ejecutivo de la petrolera.
Desde hace meses, la actual dirección de Repsol se ha ido
distanciando de sus grandes accionistas, especialmente de Sacyr. La constructora discrepa sobre parte de la gestión de Brufau, en especial de los recortes de dividendos y de la política de inversiones y desinversiones.
La Caixa, la entidad que promovió el nombramiento de Brufau, ha mantenido en todo momento hasta ahora una actitud discreta y de prudencia para mantener la estabilidad del grupo, pero podría haberse visto también incomodada. Este diario se ha puesto en contacto con Sacyr y con La Caixa, pero ambas compañías no han querido pronunciarse acerca del nuevo movimiento de la presidencia de Repsol.
Sin embargo, según fuentes cercanas al proceso, Brufau confía en contar con los suficientes apoyos para que el consejo ratifique su gestión y su puesto, y entre ellos estaría la caja catalana.
En la reunión prevista para el 15 de enero, el consejo de la compañía también deberá pronunciarse sobre «la gestión de Repsol a través del grado de cumplimiento de su Plan Estratégico», así como sobre los «acuerdos relativos al grado de cumplimiento por parte de los consejeros de sus obligaciones de gobierno corporativo», según figura en un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La tensión entre Sacyr y la dirección de Repsol se desató a la vuelta de las vacaciones del pasado verano. A causa de la crisis económica y de la caída de los precios del petróleo, Brufau comunicó al consejo que los resultados del grupo se verían afectados, lo que obligaría a la compañía a adoptar algunas decisiones como el recorte de dividendos.
Además, la constructora tampoco respaldó la demora en algunas desinversiones, como la venta de YPF. La polémica del dividendo quedó en noviembre. El consejo aprobó sólo el
dividendo a cuenta, con un recorte del 19%, y se dejó la aprobación del complementario para más tarde.
El máximo órgano de gestión de Repsol está formado por 16 consejeros. Tres corresponden a Sacyr (Del Rivero, Manuel Loureda y Juan Abelló), dos a La Caixa (Isidro Fainé y Juan María Nin) y uno a Pemex, que cuenta con un 5%
del capital de la compañía.
Las acciones de Repsol cotizaban estas informaciones con una subida superior al medio punto porcentual a media sesión, mientras que el Ibex ascendía un 0,3%.
