Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.

AMÉRICA EN FOCO

Mujica luces amarillas

José Mujica sufre a mitad de su gestión un considerable deterioro, vale recordar que a comienzos de su mandato contaba con una evaluación por demás positiva, ya que tras el primer mes de gobierno, allá por el 2010, dos de cada tres uruguayos, aprobaban su gestión y popularidad personal, mantenida a comienzos del 2011, viéndose su gestión devaluada. José Mujica sufre a mitad de su gestión un considerable deterioro, vale recordar que a comienzos de su mandato contaba con una evaluación por demás positiva, ya que tras el primer mes de gobierno, allá por el 2010, dos de cada tres uruguayos, aprobaban su gestión y popularidad personal, mantenida a comienzos del 2011, viéndose su gestión devaluada.

El presidente uruguayo comenzó a perder terreno justo en el momento en que las internas tormentosas sacuden al bloque oficialista ,sumadas a sus cortocircuitos con el vicepresidente Danilo Astori -urticante tema- ingreso de Venezuela al Mercosur. Los fríos números así lo certifican, la aprobación a la gestión Mujica cayó de un 48% a fines del 2011 a un 40% al momento. la imagen personal acompañó la caída de un 53% a un 49%, lo que demuestra a las claras que a pesar de mantener un mejor nivel en su popularidad, evidentemente el deterioro es más notorio en su administración.

La caída de respaldo ciudadano se ve reflejado por diferentes motivos, a saber, no se perciben soluciones concretas a temas considerados de alta prioridad -seguridad-educación, por si fuese poco un desgaste político, también suma, ya que es notorio un rumbo para nada claro en la gestión gubernamental. Recordemos que a mediados del 2011 un factor puntual- La Ley de Caducidad- jugaba como punta de lanza en las críticas a Mujica, por la decisión política de eliminar la amnistía a militares de la dictadura, impugnada en momentos, sin embargo por expresión mayoritaria de los ciudadanos, había sido ratificada en dos plebiscitos.

La mayoría de los analistas coinciden en que la baja en la aprobación de gestión, se sustenta en los cuestionamientos que recibe Mujica por anunciar proyectos , luego irrealizables, hechos no palabras, le recuerdan.

La encuestas indican que la situación está hoy a escasos pasos de su peor momento, justo un año atrás, tanto en el juicio sobre su gestión como en su popularidad personal. En resumen, el presidente mantiene mejor su imagen personal, que sufre un deterioro más lento que el juicio sobre su gestión.

Los juicios sobre el presidente están divididos, todo, según la óptica política desde donde se lo mire, tres de cada cuatro de los votantes frentistas simpatizan con Mujica. Más de la mitad de los votantes de la oposición (55% de los blancos, 53% de los colorados) se expresan en contrario. La evaluación sobre su gestión polariza las opiniones: el 61% de los frentistas la aprueban, pero el 65% de los blancos e igual porcentaje de los colorados la desaprueban.

En todos los partidos los juicios sobre la gestión del presidente son más negativos que su popularidad personal. El 11% de los frentistas expresa antipatía hacia él, pero el 18% desaprueba su gestión. Alrededor del 55% de los blancos y el 53% de los colorados expresan antipatía hacia el presidente, pero el 65% desaprueba su gestión.

Si comparamos las administraciones frentistas de Mujica y Vázquez en similar momento de sus administraciones, observamos que en lo personal capitalizan una aprobación similar, Vázquez 50%, Mujica 49%, en cuanto a la gestión Vázquez llegaba a un 46%, mientras que Mujica llega sólo al 40%.

Un punto fundamental a considerar es la situación económica, a mediados del gobierno de Tabarè ,sólo un quinto de la población consideraba que la situación económica del país era buena, el presidente recibía la aprobación del 46%. Hoy casi tres quintos piensan que es buena, pero la gestión de Mujica es aprobada sólo por el 40%.

La realidad uruguaya muestra claroscuros, el frente interno, como es costumbre en las administraciones de la región, juega un papel importantísimo en el devenir político, existen momentos, por demás cruciales, en que las facturas hay que pagarlas, en algunos casos, el precio es demasiado oneroso.

Más información

Scroll al inicio