La reforma pesquera que pretende sacar adelante esta semana en el parlamento chileno el Gobierno del presidente Sebastián Piñera, tiene un serio problema. Los pequeños y grande productores de las aguas de Chile están enfrentados por cómo se va a llevar a cabo. La reforma pesquera que pretende sacar adelante esta semana en el parlamento chileno el Gobierno del presidente Sebastián Piñera, tiene un serio problema. Los pequeños y grande productores de las aguas de Chile están enfrentados por cómo se va a llevar a cabo.
La principal disputa entre los pescadores artesanales y la industria es que van a cambiar el sistema de cuotas. Para los pequeños productores, esta nueva regulación va a conceder unos grandes privilegios a las siete familias que controlan el 90% de las cuotas globales de las capturas. Sin embargo, el Gobierno defiende que su ley, y señala que los microempresarios aumentarán sus cuotas, hasta el 55% frente al 45% que tendrán las grandes corporaciones pesqueras.
Esta nueva ley de pesca, que impulsa y defiende el ministro de Economía, Pablo Longueira, que pertenece como Piñera a la Unión Demócrata Independiente (UDI), regirá la actividad de las flotas pesqueras en los próximos 20 años a partir de enero de 2013. Gracias a ese texto legal se establecerá un nuevo reparto de las cuotas vigentes hasta ahora.
Hace unos días, Hernán Cortés, presidente de la Federación de Pescadores Artesanales de Coronel, explicó la molestias que iban a provocar en el gremio esta nueva legislación y cuales son las principales demandas del sector. Cortés aseguró que la nueva ley, dejaría de lado a los pescadores y les restringiría aún más sus derechos.
