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El destituido Fernando Lugo, continúa con su gabinete paralelo al de Federico Franco

El Gobierno ‘duplicado’ de Paraguay

Cuando ya ha pasado una semana desde la destitución de Fernando Lugo como presidente de Paraguay, parece que hay dos Gobiernos en el país. Uno, designado por el parlamento, que preside Federico Franco y otro legitimado por diversos líderes de la región con Lugo a la cabeza. Cuando ya ha pasado una semana desde la destitución de Fernando Lugo como presidente de Paraguay, parece que hay dos Gobiernos en el país. Uno, designado por el parlamento, que preside Federico Franco y otro legitimado por diversos líderes de la región con Lugo a la cabeza.

Algunas voces como el ex presidente de Honduras, Manuel Celaya, creen que se ha dado un golpe de estado como el que tuvo que sufrir él en junio de 2009, aunque sin violencia. Y los socios de Mercosur, han decidido excluir a Paraguay provisionalmente de sus reuniones.

Por otro lado, una de las primeras decisiones tomada por el nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, ha sido acelerar la aprobación del megaproyecto de extracción de aluminio que la compañía canadiense Río Tinto Alcan quiere poner en marcha en el país. Un plan multimillonario al que el mandatario destituido, Fernando Lugo, no acababa de dar vía libre.

Las malas lenguas, opinan que este movimiento del nuevo ejecutivo paraguayo tras la destitución de Fernando Lugo, es bastante sospechoso por la cantidad de dinero que va a costar, unos 3.500 millones de euros. Además, lo que más está llamando la atención a esas lenguas viperinas, es que uno de los primeros países que ha legitimado al nuevo Gobierno es precisamente Canadá.

El Gobierno de Franco ha descartado que se vaya a subvencionar la energía de esta minería, como se llevaba especulando durante meses. Sin embargo, algunas fuentes ecologistas creen que podrían vulnerarse los tratados medioambientales con el fin de abaratar los costes de esta industria de extracción de aluminio.

Además, Franco quiere aprobar plan de estímulo de unos 500 millones de dólares (400 millones de euros) para el impulso de la economía, que se espera que entre en recesión en el próximo ejercicio.

En menos de una semana en el poder, el presidente se ha hecho con las riendas del ejército, de la central de Itaipú y quiere impulsar el costoso- y presumiblemente rentable- proyecto del aluminio.

Por otro lado, la rumorología de izquierdas, próxima a Lugo, cree que existe una clara relación entre los sangrientos sucesos que degeneraron en la destitución del presidente, con los aprovechamientos ilícitos de tierras por parte de grandes magnates como Blas Riquelme, próximo al partido Colorado de derechas.

De hecho, para algunos seguidores del ex obispo, que el líder de la patronal, Eduardo Felippo, se haya mostrado apoyando en público al nuevo presidente, evidencia las grandes relaciones entre el ejecutivo y los más pudientes del país.

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