Los bancos de inversión estadounidenses han vuelto a golpear la política económica de los Kirchner. Hoy mismo, un informe de Goldman Sachs ciriticaba con dureza la iniciativa de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, que pretende ‘tomar prestados’ 6.600 millones de dólares de las reservas del Banco Central para que el Estado amortice una parte de su deuda viva. Los bancos de inversión estadounidenses han vuelto a golpear la política económica de los Kirchner. Hoy mismo, un informe de Goldman Sachs ciriticaba con dureza la iniciativa de la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, que pretende ‘tomar prestados’ 6.600 millones de dólares de las reservas del Banco Central para que el Estado amortice una parte de su deuda viva.
Alejandro Ramos, analista económico del banco de inversión norteamericano, criticó esta medida y afirmó que, aunque a corto plazo puede solucionar el problema, se corre el riesgo de que esta práctica se convierta en una rutina.
Ramos ha afirmado a Bloomberg que es un precedente muy peligroso y que esto dará al Gobierno más dinero que no tiene para gastar. El analista también ha indicado que los inversores se muestran confiados porque recibirán su dinero entre el 2010 y el 2011, sin embargo, a medio plazo, la solución no ofrece ninguna salida.
El Gobierno que preside Cristina Fernández de Kirchner planea tomar prestado 6.600 millones de dólares de las reservas del Banco Central del país a un ratio del 1% a 10 años. Sin embargo, según JP Morgan, los inversores demandarán una emisión de bonos con el 10% de rentabilidad.
Este tipo de prácticas ya se han realizado en otros países, como en EEUU. Según los analistas de Bank of America, esta cifra, que representa más del 10% de los 47.500 millones de dólares de reservas internacionales, cubrirá aproximadamente la mitad de los 13.000 millones en pagos de intereses del próximo año.
El nuevo fondo se ha anunciado sólo una semana después de que la Presidenta firmase otro decreto para formalizar la oferta del canje a los bonistas que no quisieron entrar en el del 2005. La reapertura se concretaría el 12 de enero de 2010, en un intento más del país por mejorar las condiciones para que ingresen un mayor número de tenedores de bonos.
El traspaso de los fondos del organismo monetario argentino a una cuenta del Tesoro se hará mediante un decreto de necesidad y urgencia que modificará el artículo sexto de la ley de convertibilidad. Ese decreto deberá ser ratificado por el Congreso, donde el oficialismo perdió el control de la mayoría.
