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Evo Morales viaja a EEUU y deja en un segundo plano las protestas indígenas

El presidente boliviano, Evo Morales, viajará este sábado hacia Nueva York para participar en el 66 período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Cumplirá con una de sus labores como mandatario, pero desatenderá a otras. La marcha indígena en rechazo a la construcción de una carretera de 300 km que cruzaría el Territorio Indígena y el Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), en el centro del país, ya cumple un mes, pero Evo aún no se ha sentado a dialogar con los nativos. La idea es que se trabaje en una propuesta alternativa y que de forma conjunta se realice una consulta directa con las comunidades que habitan los territorios por donde pasaría la vía. Sin embargo, las soluciones no llegan. El presidente boliviano, Evo Morales, viajará este sábado hacia Nueva York para participar en el 66 período de sesiones de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Cumplirá con una de sus labores como mandatario, pero desatenderá a otras. La marcha indígena en rechazo a la construcción de una carretera de 300 km que cruzaría el Territorio Indígena y el Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS), en el centro del país, ya cumple un mes, pero Evo aún no se ha sentado a dialogar con los nativos. La idea es que se trabaje en una propuesta alternativa y que de forma conjunta se realice una consulta directa con las comunidades que habitan los territorios por donde pasaría la vía. Sin embargo, las soluciones no llegan.

Los marchistas que defienden la integridad del TIPNIS expresaron su molestia al manifestar que se sienten discriminados, ya que el Gobierno no escucha sus demandas. No obstante, Morales sabe que su imagen se está viendo afectada por las protestas tanto en el país como en el resto del mundo, por eso aceptaría la posibilidad de reunirse antes de su viaje con los indígenas que abandonar la marcha el pasado domingo.

Por su parte, Justa Cabrera, la presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CNAMIB), sostuvo que una posible reunión entre Morales y un grupo de indígenas es una falta de respeto a la estructura organizativa y a los pueblos indígenas, además de manifestar su preocupación por posibles enfrentamientos de los cuales responsabilizó al primer mandatario.

Al respecto el ex vicepresidente, Víctor Hugo Cárdenas, indicó que el Gobierno comete un error y una torpeza al asumir el diálogo con un sector de los indígenas y no con aquellos que son las autoridades y representantes electos. Los nativos temen que la carretera sirva para que los cocaleros terminen de invadir el TIPNIS, donde ya ha corrido la sangre por ello en años anteriores. La oficina antidrogas de la ONU (Unodc) reveló el lunes que desde 2006 los cocales aumentaron un 22 %, de 25.400 a casi 31.000 hectáreas, dos veces y media lo permitido por ley para usos tradicionales como el «acullicu» (masticado).

La comisión de Morales a cargo de atender las demandas de marchistas indígenas que protestan por la construcción de la carretera desde el pasado 15 de agosto, insiste aún en la vía del diálogo. Mientras, la marcha indígena contra la carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos sigue en pie. Los colectivos urbanos que dan su apoyo a la defensa del TIPNIS crecen y se están organizando en la red social Facebook. Hasta el momento, estas acciones se realizaron en cinco capitales. Además de las protestas que se vienen efectuando en La Paz y la recolección de firmas en Oruro y Sucre. También se han contabilizado movilizaciones en Santa Cruz de la Sierra y en Cochabamba.

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