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Lula lanza a la banca estatal brasileña hacia nuevos mercados

A por las privadas

El presidente brasileño Lula da Silva parece tener cada vez más clara la importancia de una banca pública sólida. Por eso, las entidades estatales del país han reactivado la carrera por ganar cuota de mercado. La compra de participaciones en entidades privadas se ha convertido en una forma de conseguirlo, con el último ejemplo de la operación por la que Caixa Economica Federal se hará con un 35% del Banco Panamericano. La expansión internacional puede convertirse en el siguiente paso. Banco do Brasil ya lo ha hecho con su intención de lanzarse al sector de banca minorista en EEUU. El presidente brasileño Lula da Silva parece tener cada vez más clara la importancia de una banca pública sólida. Por eso, las entidades estatales del país han reactivado la carrera por ganar cuota de mercado. La compra de participaciones en entidades privadas se ha convertido en una forma de conseguirlo, con el último ejemplo de la operación por la que Caixa Economica Federal se hará con un 35% del Banco Panamericano. La expansión internacional puede convertirse en el siguiente paso. Banco do Brasil ya lo ha hecho con su intención de lanzarse al sector de banca minorista en EEUU.

El presidente de la entidad, Aldemir Bendine, ha explicado en una entrevista exclusiva a la Agencia Reuters que sólo esperan la aprobación de la Reserva Federal para iniciar sus operaciones, a través del establecimiento de una estructura propia o por la compra de una subsidiaria en el país de algún banco europeo. La entidad también aspira a consolidarse con su introducción en otros mercados latinoamericanos, como Argentina, Colombia o Perú.

El banco estatal brasileño Caixa Económica Federal comprará el 35% del privado PanAmericano, brazo financiero del grupo liderado por el empresario y presentador de televisión Silvio Santos, en un negocio por 700 millones de reales (unos 400 millones de dólares).

Desde que el Gobierno de Lula autorizó que los bancos del Estado puedan participar en instituciones privadas, se han producido varios movimientos de este tipo. El más activo ha sido precisamente el Banco do Brasil, que hace meses adquirió el Banco Votorantim, con el objetivo de acceder al mercado de financiación de vehículos, y el Nossa Caixa, que pertenecía al Gobierno del estado de Sao Paulo.

Los movimientos realizados en los últimos meses por Caixa Económica Federal, el Banco de Desarrollo Económico y Social (BNDES) y Banco do Brasil han provocado que estas entidades se introduzcan de lleno a competir de una manera feroz en el sector crediticio con la banca privada.

Solo hay que mirar las cifras oficiales para darse cuenta de la incursión de estas entidades en el sector. La cartera de crédito de Banco do Brasil subió un 41,1% interanual en el tercer trimestre, hasta los 301.400 millones de reales, al casi duplicarse el crédito al consumo y más que triplicarse los préstamos para la compra de automóviles. Los créditos corporativos crecieron un 37,1%.

En comparación y durante el mismo periodo, los dos mayores bancos privados de Brasil, Itaú Unibanco y Bradesco, vieron aumentos de un 5,5% y un 10,2% respectivamente en sus carteras de crédito.

Estos signos de mejora han provocado que los bancos del país también reanuden su ofensiva para captar a los inversores extranjeros. El estatal Banco do Brasil se lanzará al parqué neoyorquino a través del mercado de ADR el próximo 2 de diciembre, y elevará el límite de participación de inversores extranjeros en su capital del 12,5% hasta el 20%.

El privado Bradesco, con Lazaro de Mello Brandao al frente, tampoco ha querido desaprovechar esta oportunidad y se ha unido al portugués Banco Spiritu Santo para crear una administradora de fondos de capital privado.

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