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La nueva jefa del FMI convence a Cristina Fernández para que cambie el IPC argentino

La presión que ha venido ejerciendo el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre Argentina, para que el país sudamericano ofrezca datos fiables sobre el estado de su economía, parece que comienza a dar sus frutos. Especialmente, tras el guiño de Cristina Fernández, presidenta argentina, que se comprometió a cumplir con los requisitos que exige el organismo internacional, a Christine Lagarde, nueva directora del FMI, que a cambio le otorgó otros 180 días para mejorar ese aspecto. Ahora, el viceministro de Economía, Roberto Feletti, ha hecho público que el nuevo Indice de Precios al Consumo (IPC), que está elaborando Argentina en estrecha cooperación con técnicos del FMI, estará disponible «a finales de 2012 o principios de 2013». La presión que ha venido ejerciendo el Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre Argentina, para que el país sudamericano ofrezca datos fiables sobre el estado de su economía, parece que comienza a dar sus frutos. Especialmente, tras el guiño de Cristina Fernández, presidenta argentina, que se comprometió a cumplir con los requisitos que exige el organismo internacional, a Christine Lagarde, nueva directora del FMI, que a cambio le otorgó otros 180 días para mejorar ese aspecto. Ahora, el viceministro de Economía, Roberto Feletti, ha hecho público que el nuevo Indice de Precios al Consumo (IPC), que está elaborando Argentina en estrecha cooperación con técnicos del FMI, estará disponible «a finales de 2012 o principios de 2013».

Cristina Fernández parece querer congraciarse así con Lagarde, a quien desea ganarse como aliada dándole los menores problemas posibles al organismo internacional. «La directora del INDEC [Instituto Nacional de Estadística y Censos], Ana Edwin, considera que va a estar disponible a finales de 2012 o principios de 2013. Están trabajando aceleradamente, incluso con los relevamientos a las universidades y al FMI», ha señalado Feletti. Técnicos del FMI siguen el proceso de cerca, para que cumpla el IPC que salga como resultado ofrezca una imagen fidedigna del estado de la economía argentina.

A cambio de la buena voluntad de Cristina, el FMI ha acordado otorgar a la nación argentina otros 180 días para que lleve a cabo las mejoras prometidas, después de que ambas partes mantuvieran un desacuerdo al respecto durante la semana pasada. El periodo de tiempo sobrepasa las elecciones argentinas de octubre, en las que la presidenta se juega la reelección (aunque según todos los sondeos, la tiene asegurada), por lo que la concesión puede entenderse como un balón de oxígeno para Argentina. Por otro lado, el FMI siempre intenta que sus decisiones no afecten al desarrollo de las políticas internas de los países con que trata.

Aunque no lo ha afirmado explícitamente, el organismo internacional podría tomar medidas contra Argentina si finalmente tras la prórroga la nación no mejora la calidad de sus datos económicos. “El Directorio Ejecutivo decidió reunirse nuevamente dentro de un plazo de 180 días para evaluar el progreso alcanzado y decidir sobre las medidas que sean necesarias en base a las recomendaciones del personal técnico del FMI”, afirmó a través de un comunicado, lo que puede entenderse como una velada amenaza de sanciones a Argentina si ésta no cumple su parte del trato. Con el anuncio de Feletti, Cristina comienza a cubrirse las espaldas para evitar problemas con la francesa Lagarde.

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