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Jorge Giordani y Nicolás Maduro, nuevos directores externos de la petrolera estatal venezolana

Otra vez el hombre largo de PDVSA

Nuestro colaborador, Juan Carlos Zapata, aborda el nombramiento de Jorge Giordani, ministro de Planificación y Finanzas, y Nicolás Maduro, ministro de Relaciones Exteriores, como nuevos directores externos de Petróleos de Venezuela (PDVSA). La petrolera nacional, que se ha convertido en el juguete de la administración chavista y en la fuente “inagotable” de recursos, está ahora mejor controlada por el Gobierno. Zapata valora a lo que ha representado el control estatal sobre la principal empresa pública. Nuestro colaborador, Juan Carlos Zapata, aborda el nombramiento de Jorge Giordani, ministro de Planificación y Finanzas, y Nicolás Maduro, ministro de Relaciones Exteriores, como nuevos directores externos de Petróleos de Venezuela (PDVSA). La petrolera nacional, que se ha convertido en el juguete de la administración chavista y en la fuente “inagotable” de recursos, está ahora mejor controlada por el Gobierno. Zapata valora a lo que ha representado el control estatal sobre la principal empresa pública.

1-Demasiadas veces Rafael Ramírez ha retado la suerte. Muchas y seguidas. Aunque él ya ha encontrado una forma de salirse de ciertos paquetes: unos cuantos gritos contra el imperio, y otros gritos de ordene comandante. No hay quien lo explique. Pero resulta capciosa la designación de los ministros Jorge Giordani y Nicolás Maduro a horas de conocerse la sanción de EEUU contra PDVSA, medida sin precedente para una estatal petrolera de envergadura, tal como ha escrito Mery Mogollón. Para Giordani, significa aumentar su poder, cuando otros decían que iban de salida, acercándose a la presidencia de la compañía, que fue por donde comenzó el Grupo Garibaldi a controlar poder en 1999. Por lo pronto, Giordani y Maduro semejan dos policías de lujo en la directiva.

2- El hombre largo –tal como lo bautizaron Antonini Wilson y compañía- no las lleva todas consigo. El año pasado fue Pudreval. Este año el saqueo del fondo de pensiones por un administrador independiente. En el primer caso, la solidaridad automática lo terminó salvando, además de la toma de unos taladros a una empresa gringa en Anzoátegui, a raíz de lo cual reivindicó la soberanía nacional.

Respecto al fondo de pensiones, el cálculo político de algunos oficialistas y opositores, más los intereses cruzados de operadores y factores del dinero del gobierno y la oposición, dejaron escurrir lo que ha debido ser el escándalo del siglo. Ramírez, por su parte, escurrió el bulto, recargando toda la responsabilidad sobre el director de Finanzas, Eudomario Carruyo, a quien Chávez ahora le ha mostrado la puerta de salida de PDVSA. Pero si se hiciera un inventario, la figura de Rafael Ramírez aparece ligada a lo más escabroso de los últimos años: su cuñado, su primo, los seguros, el maletín, PDVAL, los bonos, Free Market, la denuncia de Fabián Chacón, el fondo de pensiones, La Electricidad de Caracas, el endeudamiento, el fracaso del plan gasífero. Es increíble.

Inclusive, los resultados de la Misión Vivienda tampoco lo favorecen. Que haya un registro de 500 mil personas puede considerarse un fracaso ante un déficit de vivienda estimado en más de dos millones. Esto significa que aún teniendo por atrás a PDVSA, el activismo de Ramírez y el de Chávez mismo y todo el gobierno, la gente no creyó ni en la oferta ni en el programa de construcción. Quizá los más pobres, o las más desprotegidos, pero la clase media ni se movió. Buena parte del fracaso es de Ramírez que se echó encima la defensa del plan.

3-La sanción contra PDVSA es un asunto que le atañe de manera directa. Por eso, el ministro Ramírez está obligado a ser el del discurso más duro contra EEUU –más que Chávez, más que Nicolás Maduro- para que no se note que le falló el lobby petrolero armado entre PDVSA y Chevron-Texaco. Tanto esfuerzo por estrechar los nexos con la empresa de los Bush y Condoleeza Rice, para terminar en esto. Y justo la medida llega cuando en Houston, Ali Moshiri y su grupo celebraban una nueva avanzada de la empresa en Venezuela.

4-Falló Ramírez. Y falló Chevron. Y hasta falló Chávez, si se quiere, que había aceptado a la multinacional como su principal apoyo en la geopolítica hacia EEUU. No se olvide esta perla: Febrero de 2008, en un acto en el Palacio de Miraflores, el Presidente solicita a Moshiri que interceda en aras de restablecer las relaciones entre Caracas y Washington, que estrenaba nuevo inquilino en la Casa Blanca, Barack Obama.

-Ojalá que ustedes nos ayuden a mejorar la situación y las relaciones con el gobierno de Estados Unidos… Nosotros te damos la mano a ti y al pueblo de Estados Unidos, recuperemos la esperanza; ojalá que recuperemos el nivel de relaciones de cuando gobernaba Bill Clinton. Nosotros queremos retomar ese camino, ojalá se pueda… Ojalá Obama venga a la Faja.

Y luego, en abril de 2010, Moshiri y Chevron-Texaco preparan la primera visita en años de Rafael Ramírez a Estados Unidos con motivo de un foro internacional de energía y petróleo. Ejecutivos de Chevron en Houston se movilizan para allanar el terreno. Además, Moshiri les informa a sus ejecutivos en Houston de la necesidad de reunirse con el presidente de PDVSA en Nueva York, alejados de los curiosos de Venezuela.

Por su parte, en el foro, Ramírez suelta su propia perla: que las empresas norteamericanas no pueden quedar fuera del negocio con Venezuela en los nuevos acuerdos de asociación para explotar la Faja del Orinoco, la mayor reserva de crudo del mundo. De hecho, Chevron-Texaco acababa de firmar su ingreso al Bloque Carabobo, y Baldo Sansó, el cuñado de Ramírez, el responsable de llevar a cabo los concursos, decía que tras la entrada de esa compañía, otras empresas se habían decidido por apostarle al país.

-Los apetitos están abiertos -fue la expresión de Baldo Sansó.

5-De ese viaje de Ramírez quedaba como resultado no sólo el aspecto comercial sino también un hecho político que pasó entonces desapercibido: PDVSA restablece los canales rotos desde 2003 de intercambio de información petrolera con el Departamento de Energía y el Comité de Energía del Congreso. O sea, la relación comercial llevaba a la jugada política gracias al puente de Chevron-Texaco. Y está claro que no era esa una decisión unilateral de Ramírez. Seguro que todo había sido previamente consultado con el presidente Chávez.

¿Y cómo es que ahora aparece la decisión de sancionar a PDVSA por las relaciones de Caracas y Teherán? Ramírez tiene la explicación. Sabe que por ahora la medida es más ruido que otra cosa. Sabe que los intereses pueden más que el discurso en Washington. También sabe que puede ser el comienzo, pues entre todas las sancionadas, es PDVSA la empresa clara del objetivo. De modo que Ramírez debe apretar a los socios de Houston para que cumplan su rol. Por lo pronto solo van a ser públicos sus gritos anti imperiales, que es la única manera de ganar tiempo.

6-Pues Giordani, vigila, cuando todos creen que duerme…

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