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Los expertos avisan de que Argentina depende excesivamente de Brasil

Varios analistas han destacado que la política económica y cambiaria de Cristina Fernández está creando una excesiva dependencia de la economía argentina del real brasileño, sobre el que se apoya para conseguir mantener sus niveles de competitividad a pesar de la inflación interna (alrededor del 25%) y la poca elasticidad del dólar. El diario Clarín se ha hecho de la situación, que podría volverse en contra de Argentina si Brasil decidiera en un futuro próximo depreciar el real. Varios analistas han destacado que la política económica y cambiaria de Cristina Fernández está creando una excesiva dependencia de la economía argentina del real brasileño, sobre el que se apoya para conseguir mantener sus niveles de competitividad a pesar de la inflación interna (alrededor del 25%) y la poca elasticidad del dólar. El diario Clarín se ha hecho de la situación, que podría volverse en contra de Argentina si Brasil decidiera en un futuro próximo depreciar el real.

Diferentes caras de una misma moneda: lo que en Brasil es un problema nacional –el aumento de la inflación y del crédito, lo que provoca una sobre-evaluación del real–, es para la Argentina de Cristina Fernández una ventaja estratégica que favorece a su industria nacional. La fortaleza de la moneda brasileña permite a los productos argentinos mantener su competitividad a pesar de la apreciación del peso por encima de las monedas de la Unión Europea o EEEUU.

Por ello, algunos expertos hablan ya de una “Brasildependencia” argentina; por un lado, los exportadores al gigante brasileño ven cómo sus precios se mantienen en niveles competitivos y permiten el aumento del comercio; por otro, los sectores que se dedican a reactivar los negocios tradicionalmente ligados a las importaciones pueden hacerse un hueco gracias a la competitividad que les asegura la situación cambiaria actual.

Una depreciación del real brasileño podría ocasionar problemas a la economía argentina, como ya ocurrió antes de la crisis de principios del nuevo siglo. El desmedido incremento de la inflación en Argentina (The Economist lo cifra en un 10% para 2011, dos dígitos en todo caso para las predicciones más optimistas) y el dólar fijo hacen que la industria argentina pierda competitividad. Una pérdida que se compensa gracias a la sobre-evaluación del real sin que sea necesaria una devaluación del peso por ahora.

Los analistas advierten de que Brasil, con Dilma Rousseff al timón, podría tomar medidas para controlar sus precios internos (una de las obsesiones de Rousseff es conseguir mantener la inflación por debajo de un 6%), al hilo de las constantes advertencias que le viene haciendo el Fondo Monetario Internacional, lo que un futuro no descarta una devaluación del real. Al ser Brasil su primer socio comercial, Argentina debería tomar nota e intentar equilibrar la situación antes de que eso ocurra y su economía se vea al descubierto, sin protección y, por tanto, es grave riesgo de perder competitividad.

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