El mandatario, de centroderecha, aprobó el decreto supremo 5503, que suprime la subvención a la gasolina, el diésel y otros carburantes, una decisión que duplicó los precios en el corto plazo y que estuvo acompañada por un aumento del 20% en el salario mínimo, según informó el Gobierno.
El Ejecutivo defiende que la eliminación del subsidio permitirá ahorrar 3.500 millones de dólares anuales, una cifra equivalente al gasto público que suponía mantener artificialmente bajos los precios de los combustibles.
La decisión llega en un contexto de escasez de divisas, caída de las exportaciones de gas natural y aumento de la inflación, lo que ha incrementado la tensión social en el país y ha reavivado el debate sobre la sostenibilidad del modelo económico boliviano.
La supresión del subsidio a la gasolina y el diésel ha generado movilizaciones del transporte y amenazas de bloqueos, aunque otros sectores defienden el ajuste como inevitable
Rechazo del transporte y advertencias de movilización
El presidente de la organización Transporte Libre del Trópico de Cochabamba, Jimmy Lobatón, afirmó que la medida golpea directamente a la economía de las familias y contradice los compromisos previos del Gobierno.
Según explicó a Agencia Sputnik, el Ejecutivo aseguró que el fin del subsidio no afectaría a las tarifas del transporte público, pero en la práctica “todo subió”, lo que ha perjudicado a los trabajadores.
Lobatón advirtió de que el sector se encuentra en estado de emergencia y no descarta movilizaciones si no se revisa el decreto, al que calificó como un “amargo regalo anticipado de Navidad”.
A este rechazo se sumaron campesinos afines al expresidente Evo Morales, que dieron un plazo de 72 horas al Gobierno para derogar la medida o iniciar bloqueos de carreteras y protestas.
El transporte y sectores campesinos advierten de protestas y bloqueos si el Gobierno no revisa el decreto que eliminó la subvención
Apoyo parcial del transporte pesado
En contraste, el dirigente del Transporte Pesado de Santa Cruz, Juan Yucra, respaldó la decisión al considerar que la subvención mantenía precios distorsionados desde hace dos décadas.
Yucra argumentó que el subsidio fomentó el contrabando de combustibles, generó escasez de diésel y agravó la falta de dólares para importar carburantes.
Aunque reconoció que el aumento fue mayor de lo esperado, sostuvo que el Gobierno debe ajustar progresivamente los precios y abrir un diálogo con el sector para evitar un conflicto prolongado.
Parte del transporte pesado apoya el ajuste y reclama diálogo para evitar una crisis prolongada por el alza de los carburantes
Subida de precios y dependencia de las importaciones
La eliminación del subsidio ha provocado un fuerte encarecimiento de los combustibles, como muestra la siguiente tabla con los precios antes y después del decreto:
| Combustible | Precio anterior (bolivianos por litro) | Precio actual (bolivianos por litro) |
|---|---|---|
| Gasolina | 3,74 | 6,96 |
| Diésel | 3,72 | 9,80 |
Bolivia mantuvo precios bajos de la gasolina y el diésel durante casi 20 años, pero actualmente importa el 86% del diésel y el 56% de la gasolina que consume, debido a su limitada capacidad de producción interna.
La falta de divisas se agravó desde 2023, tras la caída de las exportaciones de gas natural a Argentina, lo que dificultó la compra de carburantes en el exterior.
El alza de los precios refleja la alta dependencia de las importaciones de combustibles y la escasez de dólares en la economía boliviana
Inflación y contracción económica
El ajuste energético se produce en un contexto macroeconómico delicado. Según datos oficiales, la inflación acumulada hasta septiembre alcanzó el 18%, mientras que la economía boliviana registró una contracción del 2,40% en el primer semestre de 2025, lo que incrementa la presión social sobre el Ejecutivo.



