El retroceso interanual refleja un menor nivel de uso del aparato productivo, con importantes diferencias entre sectores y con el segmento textil como el más afectado por la caída de la actividad.
La utilización de la capacidad instalada es uno de los indicadores que permite medir el grado de actividad de la industria manufacturera. El relevamiento del Indec se realiza a partir de una encuesta a entre 600 y 700 empresas, y calcula la proporción efectiva de uso de la capacidad productiva disponible en cada rubro.
El uso promedio de la capacidad instalada cayó dos puntos interanuales en octubre, con fuertes contrastes entre ramas industriales
Sectores con mayor nivel de actividad
Las principales incidencias positivas en octubre se observaron en la refinación del petróleo, que alcanzó un 82,2% de utilización, seguida por las industrias metálicas básicas, con un 71,1%, y por productos alimenticios y bebidas, que operaron al 68,7% de su capacidad.
Por encima del promedio general también se situaron las sustancias y productos químicos (63,6%) y el sector de papel y cartón (62,3%).
Energía, alimentos y metalurgia básica concentraron los niveles más elevados de uso de capacidad en la industria
Rubros por debajo del promedio
En el lado opuesto, varios sectores quedaron por debajo del nivel general del 61%. Entre ellos se encuentran los productos minerales no metálicos (60,5%), la industria automotriz (56,1%), edición e impresión (53,2%) y la metalmecánica excepto automotores, que operó al 48,2%.
La situación más crítica se dio en los productos textiles, que registraron una utilización de apenas 32,5%, lo que los convierte en el segmento con mayor capacidad ociosa. Les siguieron los productos de caucho y plástico, con un 42,6%.
El sector textil fue el más golpeado, con menos de un tercio de su capacidad productiva en uso
Evolución histórica del indicador
Según la serie del Indec, el peor registro histórico de la utilización de la capacidad instalada se produjo en abril de 2020, en plena pandemia de covid-19, cuando el indicador cayó al 42%.
Desde 2016, el nivel más alto se alcanzó en agosto de 2022, con una utilización del 69,6%, seguido de junio de ese mismo año, cuando llegó al 69,5%, cifras que aún no han vuelto a repetirse.
El informe confirma que, pese a la recuperación parcial observada en algunos sectores, la industria argentina continúa operando con un grado significativo de capacidad ociosa.



