El rechazo se produjo en medio de masivas movilizaciones en las inmediaciones del Congreso, donde gremios, estudiantes y trabajadores de la salud denunciaron el impacto del ajuste fiscal en la educación y la sanidad.
Universidades en pie de lucha
El primero de los vetos rechazados fue el de la ley de financiamiento de universidades públicas, que había sido sancionada por el Senado en agosto y prevé fondos para becas, salarios y funcionamiento. La norma incluye también la creación de un fondo especial de 10.000 millones de pesos (6,7 millones de dólares).
La votación en Diputados cerró con 174 votos a favor, 67 en contra y dos abstenciones, lo que desató celebraciones de los manifestantes convocados por el Frente Sindical Universitario, la Federación Universitaria Argentina y los rectores de las principales casas de estudio.
La ley universitaria implica un costo fiscal equivalente al 0,23% del PIB, según la Oficina del Presupuesto del Congreso
Emergencia pediátrica en el hospital Garrahan
El segundo rechazo correspondió al veto presidencial a la ley de emergencia sanitaria pediátrica, que garantiza recursos para el hospital Garrahan, el principal centro pediátrico del país. La norma contempla un aumento salarial del 70% para 4.500 empleados de planta y 420 residentes, además de asegurar insumos médicos críticos y revertir la precarización laboral en residencias.
La votación fue aún más contundente que la universitaria, con 180 votos a favor, 60 en contra y una abstención, reflejando el amplio consenso en torno a la situación de crisis del hospital, que perdió más de 200 profesionales en el último año y medio por la caída de los salarios reales.
El Garrahan atraviesa un conflicto laboral de más de cuatro meses, marcado por renuncias masivas y reclamos por recomposición salarial
Un doble desafío político para Milei
Con ambos rechazos, la Cámara Baja deja en manos del Senado la última palabra. Si la Cámara Alta reúne los votos necesarios, las leyes quedarán firmes pese a la oposición del Ejecutivo. Milei había argumentado que los proyectos atentaban contra el equilibrio fiscal, eje central de su programa económico.
El resultado refleja el creciente desgaste del Gobierno frente a sectores clave como la educación y la sanidad, en un contexto de fuerte pérdida de poder adquisitivo y conflictividad social.