Según un informe, de 46 páginas, elaborado por la autoridad medioambiental local, se detectaron decenas de infracciones -el desvío de cursos de agua, la extracción no autorizada de agua de los ríos y el movimiento de tierras- en la lujosa propiedad del futbolista, donde se estaban construyendo un lago artificial y una playa sin autorización.
Tal y como informó la CNN en Brasil, el caso se denunció a la fiscalía y a la policía, que acordonó la propiedad el mes pasado, cuando las autoridades ordenaron el cese de toda actividad en la finca.
Sin embargo, según medios nacionales, el jugador del PSG, después de esto, ha dado una fiesta en la mansión, bañándose incluso en el lago ilegal de la mansión, situada en la localidad costera de Mangaratiba, en el litoral sur de Río de Janeiro.