«La tasa de empleo (TE) –que mide la proporción de personas ocupadas con relación a la población total– se ubicó en cuarenta y cinco por ciento», consignó el organismo estatal en un informe.
El indicador del empleo entre las mujeres fue menor (48,1 por ciento) que entre los hombres (66,5 por ciento), aunque la brecha descendió a 18,4 puntos porcentuales.
La tasa de desempleo, que alude a las personas que no tienen ocupación y buscan empleo de manera activa, como parte de la Población Económicamente Activa (PEA), subió del 6,3 al 6,9 por ciento entre el último trimestre de 2022 y el primero de 2023.
La desocupación afecta así a un millón de personas, de acuerdo al Indec, dentro de una población activa de 14,2 millones.
La tasa de actividad, que representa a la población económicamente activa por sobre el total de la población (estimado en 46,2 millones de habitantes), se expandió hasta el 48,3 por ciento, 0,7 puntos porcentuales más que el período anterior.
Este indicador subió 1,8 puntos porcentuales respecto al primer tramo de 2022.
SUBOCUPACIÓN
Uno de los rasgos del mercado laboral argentino lo representa la subocupación, que representa a aquella persona que trabaja menos de 35 horas semanales pero que está dispuesta a hacerlo más horas.
La tasa de subocupación alcanzó al 9,4 por ciento de la PEA, lo que representa una reducción de 1,5 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior.
Entre los subocupados, el Indec diferencia entre quienes demandan un empleo (6,3 por ciento) y los que no (3,1 por ciento).
En relación al mismo trimestre de 2022, la subocupación se contrajo en 0,6 puntos porcentuales.
Dentro de la población ocupada, 74,3 por ciento son asalariados (equivalente a 9,8 millones de personas), otro veintidós por ciento son trabajadores por cuenta propia, 3,4 por ciento son empleadores y 0,3 por ciento son empleados familiares sin remuneración.
Los rubros que más demandan empleo son el comercio (que da trabajo al 8,2 por ciento de los ocupados), industria manufacturera (5,6 por ciento), construcción (3,9 por ciento), y servicios financieros, de alquiler y empresariales (4,8 por ciento).