Las 33 comunidades Coya que viven rodeando a las Salinas Grandes, en la provincia argentina de Jujuy (norte), están en alerta por los proyectos de explotación de litio que buscan instalarse en el lugar, amparados y promovidos por el Gobierno local, y legitimados en los procesos de transición energética, no exentos de problemas.
Rodolfo Alancay es uno de los referentes de las 80 familias que componen la comunidad de San Miguel de Colorados, elegido por sus pares para defender los intereses de una etnia con presencia ancestral en la cuenca de Salinas Grandes y Laguna de Guayatayoc y que, según datos del Censo 2010 -los últimos disponibles- está representada por más de 65.000 personas, la mayoría de ellas, en las provincias de Salta y Jujuy.
«Hace una generación ya que venimos viendo la explotación de diferentes minerales, hoy Salinas Grande es la tercera en reserva nacional de litio, y pedimos a las autoridades que nos representan, tanto en provincia o en nación, que siempre hagan valorizar la Constitución Nacional, los derechos, por la cual ellos tienen que hacer la consulta libre e informada», afirma.
El derecho a la consulta previa en Argentina es reconocido en el inciso 17 del artículo 75 de la Constitución Nacional Argentina y ampliamente desarrollado por el Convenio 169 de la OIT ratificado por la Ley Nº 24.071, entre otras normativas.
Pese a ello, «nunca el Estado, nacional y provincial tuvo un diálogo con nosotros; nunca dijeron «sí, vamos a hacer estos proyectos, vamos a hacerlo así, sin la contaminación, sin destruir; hay formas de la explotación de litio sin contaminar, sin destruir, sin consumir una gran cantidad de agua», pero eso no lo hacen porque el Estado Nacional o Provincial no le controla a las empresas», denuncia Rodolfo ante Climate Tracker, con el gran manto blanco de sal a sus espaldas.
UNA PERLA EN LA PUNA
El litio es un mineral crítico y clave para la fabricación de aparatos electrónicos, vehículos eléctricos y dispositivos de las energías renovables que permitirían mitigar la crisis climática. Por lo mismo, según datos de la Agencia Internacional de Energía (IEA), la demanda global de litio aumentaría 42 veces hasta 2040. La región andina posee más de la mitad de las reservas mundiales de este mineral, ubicadas principalmente en salares de Argentina (21%) y Chile (11%).
Los salares son cuencas que han concentrado, desde tiempos remotos, minerales y otros elementos arrastrados desde las laderas montañosas por las lluvias. Se trata de humedales, es decir, ecosistemas acuáticos muy frágiles ante cualquier impacto y que conservan una rica y singular biodiversidad.
Los paisajes de salar no parecen dar señales de vida animal como las que podemos encontrar en bosques o incluso llanuras. «Nos da la idea de que hay muy pocas cosas u organismos que proteger, sin embargo, la biodiversidad mayormente es microbiana, o sea son microorganismos que no podemos ver directamente al ojo humano», advierte la científica chilena Cristina Dorador.
La ecóloga microbiana añade que estos organismos «son claves para la mantención de todo el ecosistema, porque están teniendo roles fundamentales, por ejemplo, los ciclos biogeoquímicos, tanto que se habla de la aplicación de carbono para descarbonizar el planeta, bueno, pues son los primeros que lo han hecho en la historia evolutiva, y están aquí, son muy abundantes, así como también producen gases».
«Y lo otro es que son la base trófica, o sea, todos los organismos que después, más complejos, comen bacterias, las ocupan de sustrato, y ahí llegamos a especies emblemáticas y carismáticas como los flamencos», agrega la científica.
Estos sistemas tienen asociado un cuerpo subterráneo de salmuera que los alimentan y que están en contacto con el agua dulce subterránea hacia los bordes de las salinas. Esa es la zona en donde se realiza la explotación de litio.
La salmuera se bombea con perforaciones y luego se expone al sol para que se evapore el líquido y concentre los componentes de interés. Según estimaciones, por cada tonelada de litio se evaporan cerca de dos millones de litros de agua, pero también se produce una importante reducción de agua subterránea de la cuenca.
También disminuye el agua dulce fuera de los bordes de la salina y así es como pueden desaparecer vegas y lagunas, principal recurso hídrico de aves, camélidos y humanos. La superficie del salar también se ve dañada por la construcción de las piletas de evaporación que pueden sumar hasta 600 hectáreas de superficie, o tres veces el tamaño de Mónaco.
El Salar de Atacama ya se ha visto afectado en Chile. Uyuni en Bolivia y el Salar del Hombre Muerto en las provincias de Salta y Catamarca, en Argentina, son las explotaciones ya existentes.
La biodiversidad de los salares son fundamentales para el mantenimiento del ecosistema y para enfrentar la crisis climática.
Dorador y su equipo han realizado estudios que detectaron una disminución de más del 10% de flamencos en la última década en el desierto de Atacama, se cree, por la disminución del área superficial de agua de los salares. «Es muy alarmante porque la extracción de litio también ha sido muy alta en los últimos años».
Las comunidades en torno a Salinas Grandes conocen esta realidad y no quieren ese destino para el sitio en el que han vivido desde siempre. Se muestran unidas. Resisten trabajando con el turismo que llega al lugar luego de subir la desafiante Cuesta del Lipán, cuya abra supera los 4.000 metros. Y forman parte de la multisectorial que se opone a la reforma de la constitución provincial, proceso que encabeza el propio gobernador, Gerardo Morales.
El sitio es uno de los paseos más conocidos de Argentina, y miles de personas viajan a tomarse fotos en el blanco humedal que difumina las perspectivas. Al bajar al gran manto blanco un cartel advierte: «Salinas Grandes es una de las 7 maravillas de Argentina. Las comunidades originarias decimos no al litio. Sí al agua y a la vida en nuestros territorios».
Los indígenas pagan un canon a la provincia para poder explotar algunas pocas hectáreas del salar. También venden artesanías y comida a los visitantes. Otros se dedican a los trabajos asalariados fuera de la comunidad, pastoreo de animales, cultivo de forraje, habas y papas. También extraen panes de sal para alimentar a los animales y confeccionar artesanías con la misma técnica de siempre: marcar, hachar, cuadrar y rumbar.
«Acá quisieron hacer lo mismo, comprar a los dirigentes con dinero, con vehículos, con casas. Y nosotros no traicionamos a nuestros pueblos, no traicionamos a nuestros abuelos que nos dejaron este lugar que tenemos en parte de Salinas», se anticipa Rodolfo.
«Nuestros abuelos nos avisaron que los de afuera iban a venir por el oro blanco y hoy estamos viendo que lo que están queriendo hacer con el litio, pero nosotros hoy somos parte del parador turístico, estamos dando beneficios a cada comunidad y a cada familia».
NUEVA CONSTITUCIÓN
La provincia de Jujuy siempre fue una de las más pobres de Argentina, aunque la desocupación en el último trimestre del año pasado marcó 6,1%, dos décimas menos que la media nacional. Gerardo Morales, su gobernador, es un férreo opositor a la administración central, aunque mantiene buenas relaciones con el presidente Alberto Fernández.
Hace ya siete años y medio que la dirigente popular de raíces indígenas, Milagro Sala, aliada de los Kirchner, permanece encarcelada por una ofensiva judicial – cuestionada en el plano internacional – que la culpa de, entre otras cosas, robo, asociación ilícita, amenazas, instigación y tumulto o, como aseguran distintos actores, por manifestarse en contra de Morales.
«A la señora Sala se le obstaculizó el derecho a la defensa jurídica por diferentes medios, como por ejemplo la notificación deficiente de los delitos por los que se le acusaba, la falta de precisión y de claridad de los hechos que se le imputaron», planteó en octubre de 2016 el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU.
La detención de Sala, considerada un logro de gestión por Morales, le dio una idea al gobernador: reformar la Constitución provincial. Aunque el texto de la reforma no se ha presentado a la ciudadanía, se han dado a conocer por canales oficiales algunos títulos que proponen «prohibir cortes de ruta» y «reglamentar» el derecho a la protesta, consagrar «nuevos derechos ambientales», promover las energías renovables y «receptar la nueva redacción de la CN con relación a pueblos indígenas».
Al cierre de esta edición, las protestas en contra de la nueva Constitución eran multitudinarias, y lo concerniente a la relación entre litio e indígenas sumó un apoyo impensado, el del director de cine canadiense James Cameron.
«Me han tendido una emboscada», dijo Cameron luego de fotografiarse con el gobernador Morales en Purmamarca, con el cerro de los 7 colores a sus espaldas.
«Fueron muy buenos anfitriones y me mostraron su punto de vista, incluso prepararon una película en inglés para mostrarme todo el trabajo que están haciendo sobre sostenibilidad, el cual es impresionante», detalló a el diario español El País el también embajador del programa de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático.
«Pero no me contaron toda la película y no me dijeron que hay 35 comunidades indígenas en dos provincias de Argentina que están en conflicto directo, peleando por sus derechos y para que sus voces puedan ser escuchadas, cosas que realmente me importan. Espero tener la oportunidad de hablar con ellos directamente y buscaré formas de ayudarlos a través de mi Fundación Alianza Avatar», completó.
En un comunicado titulado «James Cameron siempre será bienvenido a Jujuy», el Gobierno respondió que «en la comunidad de Tres Pozos (Salinas Grandes y Guayatayoc) no hay ningún proyecto de litio en marcha, porque sus comunidades se oponen. Los proyectos de litio en Jujuy están desarrollándose en los lugares donde las comunidades (luego de un largo proceso de consulta previa informada) dieron su consentimiento».
Tiene razón Morales cuando dice que no existen proyectos «en marcha» en la región de Salinas Grandes y Laguna de Guayayatoc, aunque sí existen exploraciones a tal efecto, según la empresa provincial de energía y minería.
ORO BLANCO
Jujuy es una tierra prometida para los años venideros. Se trata de la región que pone a Argentina en el llamado «Triángulo del Litio», junto con Bolivia y Chile, una riqueza tripartita que puede ocasionarle ganancias millonarias a un país endeudado, con una economía hiperinflacionaria y con perspectivas de crecimiento que apenas superan el uno por ciento.
El año pasado la provincia firmó con la empresa china Gotion Inc un acuerdo para la instalación de una planta de producción de carbonato de litio grado baterías y celdas, destinadas a la fabricación de baterías de Litio. Además, una empresa privada instalará un tren turístico que recorrerá la Quebrada de Humahuaca y funcionará con baterías de litio.
Se espera que en un corto tiempo sólo Jujuy produzca 80.000 toneladas anuales del mineral que este año ha merodeado en los 60.000 dólares por tonelada.
Jemse SE es la sigla de Jujuy Energía y Minería, una sociedad del Estado y empresa provincial que tiene el objetivo de buscar socios estratégicos para poder desarrollar proyectos y renovar la matriz productiva. Felipe Albornoz es su presidente y, en diálogo con Climate Tracker, explicó que en la actualidad hay dos proyectos en curso: uno en etapa de producción que es Sales de Jujuy, con 12.000 toneladas anuales, y el otro que está comenzando a operar y se llama Minera EXAR.
Sales de Jujuy es un joint venture (alianza empresarial de riesgo compartido) entre la empresa australiana Allkem Limited, el grupo japonés Toyota Stsusho Corporation (TTC) y Jemse SE.
Jujuy espera que entre ambos desarrollos en los salares Cauchari-Olaroz se produzcan 80.000 toneladas de las que la provincia tiene una participación societaria.
«Estamos trabajando en proyectos que son de agregado de valor de la cadena del carbonato, exactamente una de las posibilidades es la elaboración, ya sea de celda o de distintas opciones o componentes que forman una batería de litio, para tratar de instalarla en la provincia y poder desarrollar esos productos», afirma Albornoz.
El propio gobernador jujeño habla de la explotación de litio en la provincia como uno de sus logros en recientes spots televisivos con los que busca posicionarse a nivel nacional, y en la que exhibe en apenas un segundo una imagen de los grandes piletones que se usan para extraer el mineral.
«En la Salina Grande los proyectos de litio están en investigación, exploración, tenemos muchos proyectos también para empezar la exploración, están trabajando en eso, pero por el momento no hay ninguno que se sume a la producción», advierte Albornoz.
También asume que «todos tienen que trabajar con las comunidades, es una condición que tiene la provincia para que estén en vinculación directa con las comunidades».
«Nosotros tenemos diálogo con todas [las comunidades], nosotros tenemos equipos que están en constante diálogo con las comunidades, con algunas tenemos más, con otras un poco menos, pero las empresas sí o sí también tienen que tener la comunicación con las comunidades porque son los requisitos también para que tengan aprobaciones de la misma para poder trabajar», agrega.
En marzo pasado la Corte Suprema de Justicia de Argentina ordenó a las provincias de Salta y de Jujuy entregar toda la información relativa a las autorizaciones de exploración y explotación minera de litio y borato otorgados en cada una de las provincias.
La secretaría de Minería, órgano responsable de hacer las consultas previas a las comunidades, decidió no responder a las preguntas de Climate Tracker.
TRANSICIÓN JUSTA
Latinoamérica es la tierra prometida para la tan mentada transición energética, gracias a su abundante disponibilidad de recursos de energías renovables (como la hidroeléctrica, solar y eólica), sumándole la presencia de minerales críticos como el litio. Una ventaja competitiva para promover economías e industrias bajas en carbono, y que ha atraído la atención de algunos países y corporaciones extranjeras.
La necesidad de reducir la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera es «inmediata», conforme a los cálculos del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), sin embargo, las responsabilidades no son iguales porque, como rescata un informe sobre transición energética justa en Latinoamérica, elaborado por CEUS Chile, CERES y FIMA, Latinoamérica genera apenas el 8,3% de las emisiones mundiales, aunque, en forma paradójica, es una de las regiones más vulnerables a los impactos que tiene la crisis climática sobre los ecosistemas y la biodiversidad.
Además de la conocida definición de la OIT, existen otras concepciones sobre la transición justa en América Latina que apuntan a una mayor justicia y democracia socioambiental.
Aunque la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define la «transición justa» como un proceso de «ecologizar la economía de la manera más justa e inclusiva posible para todos los interesados, creando oportunidades de trabajo decente y sin dejar a nadie atrás», existen otras concepciones desde América Latina que apuntan también a una mayor justicia y democracia socioambiental.
Esto incluye la consideración de otros impactos ambientales en el marco de la transición energética y el mercado internacional del litio, como la pérdida de biodiversidad que generan los métodos actuales de extracción en los salares, así como la participación informada y activa de las comunidades locales e indígenas en la toma de decisiones que afectan sus territorios.
«Hoy, y desde el 2000, Salinas Grande llora pidiendo no al litio y por eso es que nos sentimos muy lastimados, porque el Estado nunca nos respetó. Hoy es el momento de valorizar nuestra tierra y saber qué es lo que necesita», concluye Rodolfo entre lágrimas.
*Este artículo es parte del Programa de Mentorías en Periodismo Climático de la organización Climate Tracker.