Según se desprende de las actas de la última reunión del Banxico, celebrada el pasado 15 de diciembre y en la que se aprobó una subida de 50 puntos básicos en los tipos de interés, hasta el 10,5%, varios miembros de la Junta de Gobierno se mostraron partidarios a reducir el ritmo de los incrementos, poniendo fin al ciclo alcista en la política monetaria del país.
No obstante, el organismo ha asegurado que vigilará «estrechamente» las presiones inflacionarias ya que, si bien la inflación subyacente ha comenzado a descender, aún refleja los efectos de los choques de la pandemia y el conflicto bélico en Ucrania.
En este sentido, cabe señalar que algunos miembros han definido la situación económica como «delicada», y han visto necesario contar con una política monetaria «robusta», que haga frente a la incertidumbre que atraviesa el país.
Precisamente, en la misma línea se pronunció otro de los miembros de la Junta de Gobierno, quien ha apuntado a la importancia de evitar «efectos de segundo orden» en la evolución de los precios. Sin embargo, también ha coincido en disminuir el ritmo para que no se produzca un apretamiento monetario «excesivo» que traiga riesgos para la actividad económica y la estabilidad financiera.
«Hacia delante, se valorará la necesidad de ajustes adicionales en el tipo de referencia y la magnitud de los mismos de acuerdo con las circunstancias prevalecientes», recoge el acta del Banxico.