El papel clave de las divisas en geopolítica
El dólar estadounidense sigue manteniendo su supremacía a pesar de la coalición entre China y Rusia, pero lo cierto es que, a juicio de los expertos, el ascenso del gigante asiático ha puesto en entredicho la supremacía geopolítica de la que EEUU ha hecho gala desde el fin de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días.
Y es que China, con su rápido desarrollo, estaría haciendo peligrar el orden internacional encabezado por EEUU.
No obstante y a pesar de la alarmante inflación, si se compara el dólar con las demás divisas la realidad muestra que se encuentra en su punto más fuerte de los últimos veinte años, en tanto que en el resto del mundo se sigue luchando por restablecer la economía tras la pandemia de Covid, cuyo estado se agrava de nuevo por el impacto del conflicto armado en Ucrania.
Por el momento, EEUU mantiene un lugar privilegiado en lo referente a esta lucha de poder gracias al papel del dólar como moneda de reserva mundial.
El desafío a Occidente de Rusia y China
Sin embargo, no se puede descartar que los vientos que soplan en contra hagan posible un cambio del escenario actual. Y dado que las turbulencias en los mercados no son desconocidas para los operadores de trading en Forex, no resulta extraño que los traders observen de cerca una situación que podría terminar con la actual hegemonía del dólar -a consecuencia de la alianza entre Rusia y China, países que podrían ofrecer una alternativa digna y capaz de esquivar el control estadounidense, construyendo un sistema financiero independiente de EEUU- y estudien la situación para tomar posiciones ante los movimientos en el mercado de divisas.
Hay que tener en cuenta que para muchos Putin se ha revelado como un líder capaz de responder ante las sanciones impuestas a su país. Si en un primer momento la divisa rusa se desplomaba tras la invasión a Ucrania, colapsando mientras recibía inéditas sanciones, al finalizar el mes de marzo se empezaba a apreciar cómo la divisa nacional iniciaba un gradual proceso de recuperación.
La réplica del presidente ruso, obligando a aquellos países que dependen de su suministro energético a realizar el pago en oro o en rublos, provocaba que el rublo se disparara y superara su valor previo a la guerra.
Por otra parte, aunque el castigo que la UE acordó para excluir a Rusia del sistema SWIFT tuvo su efecto, no se puede decir que cogiera precisamente por sorpresa a Vladimir Putin, quien en los últimos años ha estado desarrollando el Sistema de Transferencia de Mensajes Financieros (SPFS), como alternativa viable al SWIFT. Paso que, por cierto, también ha dado China, llevando a cabo la creación del Sistema de Pagos Interbancarios Transfronterizos (CIPS). Sistemas que ambas potencias se estarían planteando fusionar para desafiar el imperio del dólar estadounidense.
Efecto de las sanciones
Sin embargo, pese a que a simple vista podría parecer que las sanciones occidentales que pretendían llevar a la economía rusa al colapso no estarían cumpliendo su objetivo, los expertos aseguran que, paradójicamente, precisamente esa recuperación del rublo sería la evidencia que demuestra la efectividad de las sanciones.
Al parecer, el Banco Central de Rusia habría tenido que desvincular la cotización del rublo del mercado financiero y de la actividad económica del país para lograr mantenerla a ese nivel.
Y no sólo eso. Si no que los tipos de interés se elevaron hasta el 20% como medida de emergencia y se implementaron rigurosos controles de capital que obligan a los exportadores a convertir en rublos el 80% de sus divisas, mientras los particulares tienen fijado un límite en sus transferencias al extranjero.
Definitivamente, el aislamiento a Rusia sí podría estar obteniendo el resultado deseado como se deduce al observar la estimación de crecimiento del país, que se calcula sufrirá una contracción del alrededor del 8 o 10%.
El euro pierde frente al dólar
Por otra parte, en el momento en que se redacta este artículo la pérdida del euro frente al dólar ya alcanza el 6% en lo que va de año.
El BCE ha anunciado un primer aumento en 25 puntos básicos para el mes de julio, que podrá aumentar en septiembre hasta los 50 puntos. Tras darse a conocerse el anuncio el euro llegó a cotizar, durante un breve período de tiempo, en 1,077 dólares, asentándose finalmente en 1,06 dólares, lo que sigue confirmando la debilidad de la moneda única frente al dólar. La situación no invita al optimismo ya que la inflación en la eurozona se encuentra en máximos históricos y, a pesar de que la debilidad del euro beneficia a las exportaciones, la inmensa mayoría de las materias primas son pagadas en dólares.