En su decisión de política monetaria, la institución azteca ha evaluado la magnitud y diversidad de los choques que han afectado a la inflación, así como el riesgo de que se contaminen las expectativas de medio y largo plazo. Asimismo, ha considerado también los mayores retos derivados del endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos, las tensiones derivadas de la guerra en Ucrania y el rebrote de casos de Covid-19 en China.
Con este panorama, Banxico ha decidido por mayoría incrementar en 50 puntos el precio del dinero, para situarlo en un nivel del 7%, con el objetivo de ajustarse a la trayectoria que se requiera para que la inflación converja a su meta del 3% dentro de los horizontes de pronóstico.
La inflación general y subyacente de México registró en abril tasas del 7,68% y del 7,22%, respectivamente, su nivel más alto desde enero de 2022, mientras que sus expectativas para 2022 y 2023 se incrementaron «de manera importante», en opinión del banco central.
«En las próximas decisiones la Junta de Gobierno vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas», ha comentado la institución, que ha advertido que ante un panorama más complejo para la inflación y sus expectativas se considerará actuar «con mayor contundencia».
La decisión de este jueves ha contado con los votos a favor de la gobernadora Victoria Rodríguez Ceja, Celia Borja Gómez, Gerardo Esquivel Hernández y Jonathan Heath. En contraposición, Irene Espinosa Cantellano ha votado a favor de incrementar el precio del dinero en 75 puntos, para situar los tipos en el 7,25%.