Maduro recibió a varios altos cargos de la Administración de Joe Biden hace algo más de una semana, en un acercamiento inédito en estos últimos tres años. Días más tarde, las autoridades venezolanas dejaron en libertad a dos presos estadounidenses como aparente gesto de buena voluntad.
El consejero de Seguridad Nacional estadounidense, Jake Sullivan, ha subrayado en declaraciones a la cadena NBC que «cualquier alivio» de las sanciones irá aparejado a los «pasos concretos» que tomen tanto Maduro como «las personas que lo rodean». Asimismo, ha celebrado la liberación de los dos presos y ha recordado que «hay más» en cárceles venezolanas, según la agencia Bloomberg.
Los contactos directos con Maduro llegan en un contexto global marcado por las repercusiones económicas de la guerra de Ucrania, especialmente en el ámbito de la energía. Venezuela apenas produce unos 800.000 barriles de crudo diarios, casi una cuarta parte que antes de las sanciones de Estados Unidos.