«Ambas partes se han fijado el plazo de fin de este mes, que es un mes más tarde del establecido previamente, para definir en qué condiciones operará el mercado binacional en 2023 y eventualmente en años posteriores», dijo la fuente del área energética, próxima a las negociaciones en curso.
Las conversaciones se realizan principalmente entre la petrolera estatal local YPFB, que es la parte proveedora, y la firma gubernamental argentina que maneja el comercio de gas, IEASA.
«YPFB no puede garantizar los volúmenes mínimos vigentes en 2021, por los problemas estructurales que mantienen a la baja su producción, pero tampoco puede aceptar una rebaja del precio que, como una suerte de castigo, quiere imponer IEASA», señaló la fuente.
Las dificultades de la petrolera boliviana fueron admitidas el pasado fin de semana por su presidente, Armin Dorgathen, quien dijo a la televisión estatal que YPFB estaba sufriendo «con una caída en la producción de gas natural que viene de varios años».
Hasta el pasado 31 de diciembre y en el marco de una quinta adenda del contrato de compraventa, YPFB bombeó a Argentina un promedio de nueve millones de metros cúbicos diarios (mmcd) de gas en temporada cálida y hasta 14 mmcd en época invernal.
Para una sexta adenda que regiría en 2022, YPFB ha planteado nuevos máximos de seis mmcd y nueve mmmd, respectivamente, según la fuente.
Coincidiendo parcialmente con esa versión, el analista económico Francesco Zaratti dijo al diario Página Siete que Argentina «tiene la sartén por el mango con posibilidad de aplicar penalidades», porque cuenta con la posibilidad de sustituir parte del gas boliviano con gas natural licuado (GNL) del mercado internacional.
IESA trataría de compensar el mayor precio del GNL presionando a la baja el precio que paga a Bolivia por el gas bombeado por ductos, indicó.
Dorgathen predijo que un ambicioso programa de perforaciones, ya iniciado, apunta a ampliar la capacidad de producción de yacimientos en actual explotación y a confirmar el potencial de nuevas áreas prometedoras, especialmente en el norte amazónico.