Este evento, creado en 1951, tuvo que ser cancelado por las autoridades de la ciudad en 2020 y 2021 debido a la pandemia del nuevo coronavirus; sin embargo, su desarrollo actual está pendiente y depende de qué tan bravo esté el virus para saber si la pelota rueda o no.
El Mundialito de El Porvenir se desarrolla en el barrio homónimo, ubicado en el distrito limeño de La Victoria, uno de los más antiguos y peligrosos de la ciudad, y nació a iniciativa de los vecinos, quienes entusiasmados por el Mundial Brasil 1950, el del Maracanazo uruguayo, decidieron cerrar una cuadra del temible Jirón Parinacochas para, sobre el asfalto, celebrar al deporte rey en un acto de rebeldía contra el poder de turno.
PELEA CON EL PODER
Sucede que, por esas cosas inentendibles de los tiranos, la dictadura del general Manuel Odría (1948-1956) decidió prohibir a la gente jugar fulbito (fútbol a pequeña escala) en la calle, pero a la gente de La Victoria es difícil someterla e hicieron igual su torneo. La dictadura y todo su poder no pudo con ello.
Con 69 ediciones a cuestas, los 14 equipos de barrio que participan están conformados por los mejores «peloteros» de Lima que, en partidos de 30 minutos cada tiempo y con 6 miembros por escuadra, celebran la tradición del «fútbol macho».
¿Corre patada? Muchísima, así como el arte de la «boquilla» -intimidar al rival verbalmente-, y así como broncas descomunales que, lejos de escandalizar a los espectadores, se toman como una violencia natural, como natural es la violencia en las calles de El Porvenir.
VIRUS AGUAFIESTAS
Formalizado y auspiciado por la Municipalidad de La Victoria, el Mundialito de El Porvenir, organizado por Asociación Cultural, Vecinal de El Porvenir, arranca sus etapas previas en enero y febrero, alistando todo para la gran final que se celebra desde sus inicios el 1 de mayo, Día del Trabajo.
Con el país atravesando la tercera ola de la pandemia, y con Lima rompiendo récords de contagio diarios, aún resta ver si la patada correrá como ha sido costumbre. Cebada y Humo (muy posiblemente una alusión a la cerveza y el tabaco, o quizá a algo humeante más prohibido) fue el último campeón en 2019, y la escuadra que más veces (8) ha ganado el torneo.
El equipo espera poder repetir el plato porque, como campeón vigente, su participación está asegurada. El «fútbol macho» espera poder continuar la tradición y, con la multitud rodeando la cancha sin ninguna distancia de separación y, entre cerveza y comida, poder ver alzar el trofeo pues no hay dinero de por medio: el campeón se lleva principalmente el prestigio de ser el más rudo con la pelota, el más rudo en las esquinas limeñas donde no cabe dudar si se quiere seguir vivo.