«Una amenaza violenta hacia alguien que fue blanco de un intento de asesinato el 6 de enero por parte de sus compañeros partidarios de Trump es irresponsable y repugnante», ha escrito en Twitter el subjefe de gabinete de Pelosi, Drew Hammill.
El pasado sábado, durante una cena de recaudación de fondos del partido en Tennessee, McCarthy, quien ya en los últimos días había mantenido otra serie de encontronazos verbales con Pelosi, bromeó con atizar a la presidenta de la Cámara de Representantes con el mazo que le entregaron durante aquel acto.
«Quiero que vean a Nancy Pelosi entregándome ese mazo… Será difícil no golpearla con eso», dijo McCarthy, según un audio que se hizo público un día después a través de Twitter y el cual recogen los medios estadounidenses.
Después de que los círculos más cercanos de McCarthy hayan resuelto lo ocurrido, calificándolo de una «broma», desde el Partido Demócrata han argumentado que «la violencia contra las mujeres no es motivo de risa», por lo que, algunos también defienden que debería presentar su dimisión.
«Estados Unidos ha sufrido suficiente violencia en torno a la política. McCarthy ahora es un posible asaltante de Pelosi. Debería dimitir», ha escrito en Twiiter el representante demócrata por California Eric Swalwell.
La relación entre Pelosy y McCarthy se han enturbiado un poco más en las últimas semanas no ya solo por los nombramientos del comité encargado de investigar el asalto del pasado 6 de enero al Capitolio de Estados Unidos, sino también por el uso o no de mascarillas dentro de sus instalacione tras las recomendaciones de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Después de que McCarthy y otros republicanos se pronunciaran en contra de utilizar mascarilla, Pelosi arremetió contra él, llamándole «idiota» por cuestionar que la medida careciera de base científica.
A raíz de que los CDC emitieran la semana pasada nuevas recomendaciones sobre el uso de mascarillas en espacios cerrados, el responsable médico del Congreso, Brian Monahan, conminó a los congresistas y funcionarios del Congreso a utilizarla mientras se encontraran dentro de las instalaciones del Capitolio.