«MSF sigue albergando la esperanza de volver a Martissant, ya que en 2021 se cumplen 30 años de presencia ininterrumpida en Haití y el centro de emergencias encierra la mitad de esa historia», ha señalado la organización en un comunicado.
El centro de Martissant se remonta a hace quince años, y allí la organización atiende a una población de más de 300.000 personas. La atención prestada incluía hasta ahora urgencias traumatológicas, ginecológicas y obstétricas, principalmente, tal y como ha detallado la ONG.
Sin embargo, a inicios de junio comenzó una guerra abierta entre las pandillas, lo que ha llevado a unas 10.000 personas a abandonar la zona y ha provocado la interrupción del tráfico en la ruta nacional 2, que une Puerto Príncipe con otros cuatro departamentos.
A finales de dicho mes las instalaciones de la organización sufrieron un ataque armado, si bien no se registraron heridos. Sin embargo, se vio forzada a cerrar temporalmente uno de los hospitales en la zona.
El incidente se produjo cuando varios miembros de una pandilla abrieron fuego contra un centro en el barrio de Martissant. La directora de la misión de MSF en el país, Alessandra Giudiceandrea, alertó entonces de que «claramente el objetivo era el hospital».
A pesar de que nadie murió ni resultó herido, la organización señaló que «no podía continuar tratando a la población en la zona si eso ponía en peligro a los trabajadores». En mayo, un trabajador de la ONG fue asesinado a tiros cuando estaba de camino a casa desde el trabajo, a pesar de que no se resistió a los atacantes.
Ahora, la organización ha alertado de que la situación de inseguridad continúa, lo que la lleva a cerrar las puertas del centro. «Siempre decididos a seguir ayudando a la población haitiana en general y a los más pobres en particular, MSF continúa las conversaciones para reubicar su centro de emergencia en el área metropolitana de Puerto Príncipe», recoge el texto.
Se estima que unas 13.600 personas huyeron de sus viviendas en Puerto Príncipe durante el mes de junio para huir de los enfrentamientos, según datos de Naciones Unidas. Para MSF, este aumento de la violencia forma parte del recrudecimiento de la crisis política y económica que atraviesa el país.
