El presidente electo de Bolivia, Luis Arce, ha aventurado este martes que la salida de la crisis económica llevará entre uno y dos años y medio aproximadamente, una situación de la que ha culpado en gran medida al Gobierno de Jeanine Áñez.
Arce, que ha criticado la corrupción y la mala gestión económica, ha señalado que la deuda interna se habría «cuadruplicado», lo que implica un «claro deterioro» de la situación.
«Con la cifra que nosotros hemos visto, salir de la crisis nos va a demandar entre uno y dos años y medio, para retomar el ritmo de crecimiento y nuevamente volver a liderar el crecimiento económico como lo estábamos haciendo en la región», ha manifestado en una entrevista al diario mexicano ‘La Jornada’.
Arce, que durante la Administración del expresidente Evo Morales estuvo más de una década gestionando la economía del país como ministro de Economía, ha alertado de que se prevé una «profundización» de la crisis de cara a finales de 2020.
Sobre la deuda pública boliviana, que se encontraba el año pasado cerca del 25 por ciento del PIB, ha aseverado que ésta se acerca ahora al 38 por ciento. «Lo más importante es que ha crecido la deuda interna. Nosotros dejamos una deuda de cerca de 3.000 millones de dólares y ellos ya se han prestado como 7.000 o 9.000 millones en este tiempo», ha criticado.
Para el nuevo mandatario, que tiene previsto jurar el cargo a finales de esta semana, el Gobierno «transitorio» ha llevado a cabo una «mala gestión», que ha provocado la «acumulación del enojo del pueblo boliviano por la forma en que la derecha tomó el poder y la forma en que fue abatido el pueblo en las calles, a través de la violencia».
En este sentido, ha subrayado que se ha producido, además una «mala gestión de la pandemia», lo que llevó a Bolivia a situarse como «el sexto lugar con mayor incidencia de muertos por habitante».
«Por estas razones», ha asegurado, el Movimiento al Socialismo (MAS) «ha logrado nuevamente llegar al poder», lo que ofrece una nueva oportunidad para «aplicar su plan de Gobierno a la brevedad posible y sacar al país adelante».
«Felizmente, la conciencia del pueblo boliviano ha hecho posible que nosotros recuperemos la democracia, el proceso y por lo tanto, el mensaje está claro: no se puede con un golpe de estado, destruir todo un proceso que ha estado dando mucha prosperidad a un pueblo, en lo económico, en lo social», ha insistido.
Así, ha reconocido que «el pueblo sabe entender» y ha subrayado que «es muy justo y es muy sabio al momento de decidir».