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Oposición

Maduro avisa de que no le «temblará el pulso» para detener a Guaidó

El presidente venezolano se abre a negociar con la Conferencia Episcopal pese a sus "muchas diferencias".

Juan Guaidó

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha advertido de que no le «temblará el pulso» para detener al jefe de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, si así lo ordenan las autoridades judiciales y ha asegurado que la «institucionalidad» del país «continuará más allá de las estupideces de un estúpido».

Maduro ha asegurado que Guaidó, que se proclamó presidente encargado de Venezuela en enero de 2019, hace «un teatro bufo». Pese a que medio centenar de países, entre ellos España, reconocen a Guaidó como el líder legítimo de Venezuela, Maduro ha asegurado en declaraciones a la televisión estatal que «en el mundo ya ni lo respetan».

Así, ha asegurado que hay encuestas que sitúan el nivel de desaprobación del dirigente opositor en el 84 por ciento, datos que le convertirían en «el personaje político más detestado en los últimos 100 años de la política venezolana». «Podrá creerse presidente 10.000 días si quiere, lo importante es que en Venezuela hay institucionalidad y continuará más allá de las estupideces de un estúpido», ha apostillado.

Interrogado por los motivos por los que Guaidó no está detenido, Maduro ha aseverado que «el tiempo de Dios es perfecto» y ha dejado la responsabilidad en manos de las autoridades judiciales. En este sentido, se ha mostrado dispuesto a acatar la orden «el día que la Fiscalía y los tribunales ordenen su detención».

Maduro ha alegado que su administración ha tenido una «gran paciencia» con la oposición que durante cinco años ha «destruido» la Asamblea Nacional, pero ahora considera que «llegó la hora del cambio», en alusión a las elecciones previstas para el mes de diciembre y que no reconocen los principales partidos de la oposición.

«Guaidó continuará diciendo que es presidente, ya será una comiquita terrible que producirá más lástima que risa», ha vaticinado Maduro, quien ha apuntado que, en cualquier escenario, «el camino en Venezuela tiene que ser electoral» para que no decidan dirigentes extranjeros.

Guaidó, por su parte, ha convocado a toda la oposición a dejar a un lado las diferencias que arrastran desde hace años y acordar entre todos la ‘hoja de ruta’ para echar a Maduro del poder. El presidente de la Asamblea Nacional ha afirmado este domingo que se ha sumado ya «gran cantidad de sectores» a la denominada Ruta Unitaria.

DIÁLOGO CON LA IGLESIA

La Conferencia Episcopal, crítica con la gestión de Maduro, ha cuestionado también la conveniencia de boicotear los futuros comicios, por entender que agudizará la crisis política y social. Maduro ha recogido el guante para subrayar que se dan «todas las condiciones» para participar.

El mandatario ha aplaudido el llamamiento de los obispos e incluso ha abierto la puerta el diálogo pese a las «muchas diferencias» de estas últimas décadas. En este sentido, ha adelantado que encargará al vicepresidente Jorge Rodríguez –«una vez supere el coronavirus»– que inicie los contactos para un posible diálogo que sería, en su opinión, «positivo».

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